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CARLOS RAMOS PADILLA
Se llevó a cabo la concentración en defensa de la División de Poderes, la Constitución y la independencia del Poder Judicial de la Federación. Evento que dejó en claro dos posiciones: garantizar los derechos ciudadanos consagrados en las leyes mexicanas y generar la fortaleza de los poderes de Unión, Judicial, Legislativo y Ejecutivo. Los pronunciamientos fueron claros. Se intenta proponer una nueva constitución a modo para cumplir los intereses de dominio y poder de los políticos en turno además de destruir la estructura ñ. La arquitectura fundamental de la institución más representativa de la defensa legal de los mexicanos, el Poder Judicial. No solamente se han infiltrado incondicionales de escasa instrucción académica a la Suprema Corte, sino destacan los permanentes ataques a la Ministra Presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Norma Piña. La traición de algunos personajes con toga como Arturo Zaldívar son un vivo ejemplo de los esquiroles, que viviendo de los privilegios del cargo, se someten a las instrucciones maniqueas del presidente antes de cumplir con su responsabilidad frente al país. El tema no es menor porque los millones de mexicanos en el país estamos vulnerables ante las ocurrencias patológicas de quienes pretenden convertir a México en un sistema comunistoide formado por la intromisión de dictadores y tiranos, fundamentalmente latinoamericanos, que han sumido a sus pueblos en la desgracia de la pobreza y ausencia de educación para destinar los recursos a las fuerzas armadas para doblegar cualquier intento de democracia o rebelión y con ellos queda la complicidad de grupos delincuenciales y narcotraficantes que suministran los flujos de droga y dinero para comprar a los gobiernos corruptos. Aun siendo perseguidos y señalados como Daniel Ortega, Nicolás Maduro o Evo Morales, estos sujetos se disfrazan de populistas y mesías mientras se enriquecen brutalmente y se perpetúan en el poder, aunque se digan producto de sus revoluciones o transformaciones. Las fotografías cubanas son un referente para darnos cuenta de la desgracia en que esa nación ha sobrevivido por décadas mientras el mundo cambiante se desarrolla. Trastocar o desaparecer a nuestra Constitución es dar un tiro al corazón de nuestro país que en mucho ha sido ejemplo de respetabilidad para muchos. Hoy los que ni siquiera han leído sus articulados, pero tienen la temeridad de treparse a la tribuna pública auto nombrándose representantes unidos del pueblo, son los diseñadores del panfleto que pretenden imponer. Si se atreven a denunciar que el capitalismo representa explotación, lo que proponen con esa “izquierda” es orillar al pueblo a lo más humillante para un ser humano: perderse en el fango de la pobreza, esclavitud y el hambre.
