SALVADOR MARTÍNEZ G.
Los hechos iniciados a las 19:58 horas del viernes 22 de marzo, cuando terroristas con armas automáticas abrieron fuego en las afueras del Crocus City Hall contra el público asistente, para luego entrar al vestíbulo del edificio y a la sala de conciertos, con saldo de 139 muertos y más de un centenar de heridos, en Moscú, puede ser para la historia la fecha que marque el arranque la tercera guerra mundial, como fue la invasión a Polonia en el caso de la segunda guerra global.
Vladímir Putin, presidente de Rusia, ha establecido que vengará a sus compatriotas fallecidos del atentado reivindicado por el grupo terrorista ISIS, pero con fundadas sospechas de la intervención de Ucrania y Estados Unidos, pone al mundo en el estado de riesgo de guerra entre las grandes potencias más elevado desde hace más de 60 años.
Lo que acontezca en los siguientes días y semanas con el alineamiento de otras naciones en favor o en contra de Rusia, marcará a los grupos de naciones que darían lugar a una indeseada tercera guerra mundial.
Por ejemplo, el Financial Times, reveló que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y el Primer Ministro de Japón, Fumio Kishida, fortalecerán la planificación operativa y los ejercicios de sus fuerzas bélicas del comando militar en la nación nipona, en lo que estiman la amenaza creciente de China.
En tanto, las naciones de Europa occidental elevan el tono contra las supuestas intenciones bélicas de Moscú y determinan estrategias de defensa.
A nadie, en sano juicio, podría convenir una conflagración mundial en la cual las armas atómicas estarían a la mano de varias naciones y pondría a la población del orbe bajo amenaza de extinción.
Nadie, hasta ahora, promueve un plan de paz negociada, congruente con la realidad que evite el peligro hoy vivido, frente a una Organización de las Naciones Unidas inoperante, ineficiente e insuficiente. ¿Hasta dónde se llegará?
SUSURROS
El pataleo de la oposición no cesa, ni tendría ciertamente porque cesar, aun cuando sus posibilidades de triunfo en la elección presidencial se ven remotas.
No es que se quiera sobrevalorar el resultado que hasta hoy dan todas las encuestas. En ninguna Xóchitl Gálvez gana, ni siquiera está en posibilidades de competencia. Las diferencias van de 8 a más de 30 puntos en favor de Claudia Sheinbaum y ya sólo faltan 67 días para los comicios.
La esperanza, no del todo fundada, es que los debates de las candidatas presidenciales y Jorge Álvarez Máynez, cambie el destino de los contendientes. ¿Será?
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