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MIGUEL ÁNGEL LÓPEZ FARÍAS
A Chiapas se le ve desde la superficialidad, mucho se opina desde la comodidad de las oficinas de la cdmx.
Si, Chiapas es un polvorín, pero así ha sido desde hace 30 años, cuando el EZLN irrumpió en escena y con un halo romántico, trazó en el rostro de lo nacional una cicatriz que nos recordaba que a los indígenas se les había olvidado en eso de acudir al primer mundismo del TLC. La desigualdad que provocó que hombres y mujeres de piel morena se armarán con rifles y pasamontañas sigue ahí, con todo y que los acuerdos de San Andrés fijaban un nuevo trato entre gobierno y los más pobres de Chiapas. La guerrilla sufrió la misma metamorfosis que sus pares en Colombia, convirtiéndose en grupos paramilitares al servicio de narcos. Chiapas y su geografía son el patio de grupos armados, carteles o guerrilla. Desde los que trafican con seres humanos a los que acarrean cocaína, heroína, metanfetaminas, fentanilo y armas o cobran derecho de piso hasta las mujeres que venden mango en los parques. Se trata de una industria que primero, fue controlada por el cartel de Sinaloa, pero vinieron las traiciones y asesinatos, así se adentra el CJNG en abierta disputa por puntos de control de trasiego de inmigrantes y droga. La lucha entre estos dos grupos ha generado mucha muerte, desplazamientos de comunidades enteras y desesperación social.
Esta región fronteriza con Guatemala pertenecía a los municipios que eran parte de aquellos autónomos y que el EZLN peleaba por qué así se les reconociera, lo que no hizo el gobierno federal con Zedillo lo consiguió la gente de Sinaloa.
La raíz que alimenta esto es la miseria que priva en esa región, los criminales y sus billetes son mucho más efectivos que todos los programas sociales juntos. Es la pobreza y la cultura de la desigualdad social las que nutre de alguna manera el que se haya pasado de una escena de guerrilleros montados a caballo a el de caravanas de camionetas con artillería.
Vamos, no afirmo que la gente apoye a los narcos, solo que la cultura de la impunidad, del ser intocables deja en claro que ellos son los que mandan y si los gobiernos, en cualesquiera de sus niveles no solo son inexistentes, sino que cómplices, pues al final los chiapanecos comprenden el lapidario mensaje de quienes son los que mandan.
En este año concluirá el mandato de Rutilio Escandón, un personaje que dicen ha abierto muchos libros pero que se negó a caminar el estado y ponerse en los zapatos de quienes gobierna.
Y está por llegar un político que es exactamente lo contrario a la clase que ha «gobernado» al estado (usted me dirá que aún no se efectúan las elecciones, pero solo un ciego no vería el nivel de preferencias hacia el jaguar).
Eduardo Ramírez es también de libros y leyes, solo que a diferencia de los demás, es producto de su andar, hombre más de la tierra que de clubes de ricos, no proviene de la «burbuja» exquisita de los privilegiados, eso da pie para aspirar a un futuro gobierno con otra piel, mucho más sensible .
Chiapas debe ser rescatado y no por los mismos sujetos con las mismas recetas ,sino por expertos en todas las materias ,en lo económico, de medio ambiente, de derechos humanos, de seguridad, agropecuaria, pecuaria, turística, cultural, energética, indígena, tecnológica, ciencia, educativa, hasta deportiva …de lo contrario, a Chiapas se le seguirá viendo como una fotografía en sepia de hace 30 años, cuando el EZLN pus a temblar a un gobierno y hoy con videos de celular grabando a dos carteles de las drogas poniendo de rodillas a toda una entidad.
¿Será posible ver el nacimiento de la super potencia chiapaneca de la que tanto hablan los que visitan el estado?
Veamos de qué está hecho Chiapas.
