DULCE MARÍA SAURI RIANCHO*
SemMéxico, Mérida, Yucatán. Registra Wikipedia que Bill Clinton ganó la elección de 1992 en los Estados Unidos frente a George Bush padre, que tenía más del 90% de aceptación entre los posibles votantes.
La popularidad de Bush se nutría de sus éxitos en política exterior, entre los que destacaban el fin de la Guerra Fría por la caída del Muro de Berlín (noviembre de 1989) y el colapso de la Unión Soviética en 1991. Se agregaba la rápida y contundente intervención en Medio Oriente —la llamada Guerra del Golfo Pérsico—, entre otros logros que posicionaban al presidente que buscaba su reelección como prácticamente imbatible.
Dicen que el estratega y consejero de imagen de Clinton, James Carville, colocó un cartel en las oficinas de campaña con tres mensajes simples, que tenían relación directa con la vida cotidiana de millones de familias estadounidenses: “1. Cambio vs. más de lo mismo; 2. Es la economía, estúpido; y 3. No olvidar el sistema de salud”.
La segunda frase se ha popularizado como mantra o “frase sagrada” en la propaganda política, para significar que un tema sensible para la mayoría, con un lenguaje sencillo, comunicada con emoción, puede remontar las más encumbradas preferencias al iniciar una campaña electoral.
Entonces, ¿cuáles serán las frases que sinteticen los planteamientos y propuestas de las candidatas y los candidatos a la presidencia de la república y a las gubernaturas?
La primera cuestión para definir debe considerar aquellos puntos sensibles, que afectan la vida diaria de millones de familias mexicanas, sobre los que quisieran tener claridad y confianza hacia el futuro próximo.
Les propongo considerar el tema de la Seguridad, sin incurrir en la osadía personal de formular las frases publicitarias y menos aún, las imágenes y artes visuales que las transmitirían. Se trata de plantear la percepción de estar y sentirse segura/o: en su persona, en sus bienes, en sus expectativas futuras.
Seguridad es mucho más que la ausencia de delitos, condición ideal que ni siquiera las sociedades más avanzadas han logrado.
Para empezar, Seguridad es confianza en las autoridades encargadas de aplicar la ley, cuando ésta es violentada. Consiste en darle verdadera vigencia a la popular frase: “el que la hace, la paga”. Seguridad es confiar en disponer de un hospital cuando se enferma algún miembro de la familia.
Seguridad es contar con suficientes lugares para inscribir a las y los hijos en las escuelas cercanas al domicilio familiar; tener acceso a la educación superior de calidad para las y los jóvenes.
Desafortunadamente, la vida cotidiana de numerosas familias es actualmente muy insegura. En las regiones azotadas por el crimen organizado, cuando se inicia la jornada laboral o escolar, se ignora si llegarán sanos y salvos a descansar en la noche.
Andar “con el Jesús en la boca” se ha vuelto dolorosa costumbre para las madres. Pende sobre los hogares la inseguridad de encontrar un centro de salud abierto para atender una emergencia médica y de contar con el dinero para costearlo. Necesitar una operación y programarla hasta 6 meses después, con grave riesgo de muerte, provoca inseguridad solo de imaginarlo.
Visto con el tamiz de la Seguridad, encontramos la enorme deuda que los gobiernos tienen con la ciudadanía. Faltan propuestas viables hacia el futuro. La precandidata de Morena la tiene difícil pues su oferta es ponerle un “segundo piso” a las políticas fracasadas en materia de seguridad del gobierno del presidente López Obrador, “más de lo mismo”, con su cauda de homicidios y desapariciones.
Para Xóchitl Gálvez tampoco está fácil, pues no puede dejarse arrastrar por la nostalgia de un pasado idealizado ante la gravedad de las circunstancias actuales.
Es previsible que la ciudadanía desconfíe enormemente de las promesas de campaña en general, pero muy particularmente de las propuestas en materia de seguridad. Las experiencias exitosas, que sí las hay, cuentan para reproducirlas, multiplicarlas, atendiendo a las condiciones específicas de los distintos estados de la república.
No es cierto que estemos condenados a la zozobra permanente. Recordemos que hubo un tiempo cuando niñas y niños jugaban en el parque; cuando se podía salir de noche y regresar sin problema alguno; cuando podíamos transitar por las carreteras con la única preocupación de una descompostura mecánica. Puede volver esa sensación de sentirse segura/os. Pero tenemos que trabajar y aceptar que el proceso será gradual, con la participación plena del gobierno y la sociedad, conjuntando fuerzas.
En Yucatán, el precandidato de Morena ha asociado su nombre al adjetivo “Seguro”. ¿Seguro, quién? ¿El candidato, su partido o Yucatán? Sí, seguro será candidato de Morena y sus aliados políticos al gobierno del estado. Pero de la Seguridad de las personas, de las familias yucatecas, mejor no hablar.
Las palabras pueden poco frente a los resultados de los gobiernos de Zacatecas, Colima, Guerrero, o cualquiera de los 22 estados que gobierna Morena. Ni siquiera se salva Tabasco, el estado del presidente López Obrador, en donde el asalto simultáneo a 25 establecimientos comerciales de Villahermosa, el pasado 4 de este mes, fue apenas una muestra del “músculo” que mantiene el crimen organizado en la tierra presidencial.
Parafraseando a Carville: “Es la Seguridad, estúpid@”. Estoy cierta que Xóchitl Gálvez lo entiende y se compromete con la justa aspiración de devolver la tranquilidad a millones de hogares en todo México.
Pausa. Transcurrió el plazo de las precampañas, que se venció el pasado 3 en lo estatal y lo hará el próximo 18 en lo federal. Sigue ese extraño tiempo de “silencio”, llamado Intercampañas, entre el 19 de enero y el 29 de febrero (2024 es año bisiesto).
Los registros de candidaturas se llevarán al cabo entre el 15 y el 29 de febrero y, a partir del 1º de marzo, se realizarán las campañas para la Presidencia de la república, Senado y Cámara de Diputados, así como para las gubernaturas, incluyendo Yucatán. Las otras campañas: congresos locales y ayuntamientos, en el caso nuestro, se efectuarán desde el 31 de marzo.
Será el 29 de mayo, cuando cierren todas las campañas, tanto las federales como las locales, para preparar la participación ciudadana en la elección del domingo 2 de junio. No olvidar que este año tendremos una Semana Santa temprana, comenzando por el Miércoles de Ceniza el 14 de febrero.
Curiosamente, el Domingo de Resurrección coincidirá con el inicio de las campañas locales. Que sea un augurio de respeto y concordia, a pesar de los pesares. Dos miércoles, 17 y 24, estaré ausente de estas páginas, un pedacito del periodo de silencio, para regresar con las pilas recargadas el 31 de este mes.
*Licenciada en Sociología con doctorado en Historia. Exgobernadora de Yucatán