CARLOS RAMOS PADILLA
Un papel en blanco al encuentro con la tinta representa emprender un viaje extenso a lo inesperado, a esa voz interior que muestra su esencia en cada trazo, a esa sinergia entre lo que se ve, se siente y piensa.
Como caricaturista esto es para mí, la máxima manifestación de lo que es el ejercicio profesional del denominado «Humor Gráfico». Es así que dentro del contexto periodístico cada espacio representa un universo con sus propias particularidades. VA EN SERIO, lo defino, sin lugar a dudas, como un universo libre de barreras y con claros fines para la expansión del pensamiento en aquellos que revelamos profesionalmente nuestra forma de ver el acontecer actual, así como también en el público al que se le crea conciencia.
El compromiso que tenemos los que conformamos los medios de comunicación es acorde a lo que nuestros lectores o televidentes esperan en el cumplimiento de la responsabilidad que nuestra labor manifiesta.
Los caricaturistas tenemos la facultad de inyectar en nuestro recorrido gráfico diversos ingredientes que le dan un sabor único como componente indispensable en el periodismo; como artistas visuales desarrollamos en el espacio asignado, ideas concretadas mediante elementos constitutivos como lo son la creatividad, la síntesis, la gracia, el trasfondo, la ironía, por citar algunos. Cuando la caricatura es de corte político ocupa lugares en medios masivos electrónicos, específicamente en la televisión, adquiere nuevas dimensiones, ya que estructuras como el tiempo y el espacio conducen a una imagen nítida y potente, diferente a un medio impreso cuando se publica.
Es por ello que reflejar la realidad a través del ingenio en cada obra artístico-periodística es un reto para el autor; más aún cuando su temática debe estar situada en la frescura de los hechos recientes a un ritmo vertiginoso.
Entendemos que México en el seno de su sociedad civil es un país que requiere de una cultura de la información capaz de abrir los ojos a una población que tantas administraciones ha tratado mantenerla en la indefensión mediante la opacidad y la manipulación, direccionadas a sus muy particulares intereses. Hoy el país se encuentra en la antesala para definir cambios urgentes en la generalidad de los rubros que la conforman como una nación que busca establecer vías reales de crecimiento y desarrollo. Ante ello los medios de comunicación juegan un papel primordial.
VA EN SERIO en mi desempeño como como artista gráfico que va un paso adelante de aquello que se mantiene oculto y se expresa mediante la imagen crítica y mordaz, será por siempre la tribuna soñada y cristalizada en cada caricatura que es proyectada en la pantalla multicolor. Resulta fundamental revelar que mi experiencia dentro de este ejemplar programa y como cartonista editorialista, el hacer humor en estrecha asociación con el dibujo irreverente, y sin trabas, fue una liberación de lo que siempre anhelé difundir a ese público sediento de captar las verdades al encuentro con una sonrisa.
El valor de esta oportunidad que guarda dimensiones incalculables en la televisión mexiquense Canal 34, es infinito. Estar cada semana proyectando lo que mi pluma expresa sin restricción alguna y sin condicionamientos, es algo a lo que mis palabras resultarán insuficientes para agradecer a Carlos Ramos Padilla, quien tuve el placer de conocer décadas atrás, sin embargo, en mi incorporación a VA EN SERIO, luego de su gentil invitación, puede constatar su atinado profesionalismo, y con ese profesionalismo quise siempre dar respuesta a tan enorme coyuntura.
Me atrevo a afirmar que así lo busqué en cada uno de mis trabajos. La labor de quien encabeza un proyecto periodístico de tal envergadura, por entendidas razones, se traduce en un programa tal y como le corresponde a la sociedad de nuestro tiempo. Gracias a CARLOS RAMOS PADILLA, gracias a VA EN SERIO, gracias a nuestros amigos televidentes. La vida nos tiene deparados rumbos inimaginados y tal vez nos volvamos a reunir, sin embargo, VA EN SERIO vive y vivirá en la cúspide del periodismo libre que México imperiosamente requiere y merece.
*Oscar Manuel Rodríguez Ochoa «Luy»