EDUARDO MERAZ
Salvo algo inusitado, todo indica que Samuel García disfrutará -es un decir- de un “semestre sabático” en su responsabilidad como gobernador de Nuevo León: vacaciones que pueden terminar en encierro.
El enredo jurídico neoleonés va más allá de la improbable impericia de García Sepúlveda para gestionar su salida temporal como gobernador. Tiene que ver más con la fusión de la nueva y vieja política de ganar a punta de billetes.
Las siguientes horas serán cruciales para conocer si, además de la pérdida de la candidatura presidencial, también deberá retirarse de la, ahora, “silla maldita” en disputa, que simboliza el ejercicio del poder ejecutivo estatal.
Tras la defensa a ultranza del presidente totalmente Palacio Nacional, en Morena han decidido retirarle sus simpatías, pues lo ven como un peligro, no por sus, en entredicho, cualidades políticas, sino por sus “aportaciones” a los movimientos Ciudadano y guinda.
De acuerdo con algunos trascendidos, los auditores neoleoneses han encontrado irregularidades fosfo fosfo equivalentes a 10 veces la llamada “estafa maestra” del sexenio anterior, o casi cinco veces el desfalco en Segalmex.
Ese monto es de tal dimensión que es equivalente a lo anunciado por el gobierno federal para apoyar a los damnificados de Guerrero y a la reconstrucción de Acapulco, ante los destrozos causados por el huracán Otis.
De ser cierta la inapropiada utilización del presupuesto de Nuevo León con fines electorales, como se sospecha, trasciende lo individual y familiar, para ubicarse en el plano de delincuencia organizada, que afectaría de fondo la equidad del proceso electoral.
De ahí la feroz oposición de Samuel García a beneficiarse del semestre sabático, pues lo colocaría ante la posibilidad de quedar en el papel de indiciado por malos manejos de las finanzas estatales.
Es innegable el impacto nacional del sainete en Nuevo León. En lo inmediato, deja sin candidato presidencial a MC y degrada al máximo la imagen del partido naranja. Sin embargo, podría tener efectos concéntricos y destructivos en las fuerzas políticas del oficialismo.
Nuevo León podría convertirse en el Waterloo del gobierno cuatroteísta. No debe descartarse una recomposición de alianzas entre sectores, formales e informales.
El semestre por venir, en términos electorales está muy lejos de ser sabático, como podría ser para Samuel García; más bien sería de mucha inestabilidad, tal vez, violencia.
He dicho.
EFECTO DOMINÓ
Claudia Sheinbaum presentó a parte del equipo que elaborará su plan de gobierno 2024-2030, dejando de lado el formulado en Palacio Nacional.
@Edumermo