EDUARDO MERAZ
Por lo visto, para el mandatario totalmente palaciego es más fácil gobernar, extraer petróleo y caravanear con sombrero ajeno, que resolver el complicado problema de envolver una docena de huevos y hacerlos llegar a los damnificados en Guerrero, pues ameritó una sesión especial para encontrarle la cuadratura al círculo.
Esa misma complejidad la encuentran él y el oficialismo para no destinar directamente del presupuesto los recursos para la reconstrucción de Acapulco y sus alrededores. Prefieren buscarle tres pies al gato, con tal de no afectar las obras emblemáticas del habitante temporal de Palacio Nacional.
Total, es más fácil y menos desgastante recorrer en helicóptero los avances de la construcción del Tren Maya que acudir a dar apoyo y ánimo a los damnificados del huracán Otis. También fue más sencillo enviar un mensaje por X (antes Twitter) que dar instrucciones a las fuerzas armadas y a los responsables de protección civil para evitar mayores estragos.
Desde esa posición, igualmente es más sencillo “expropiar” la ayuda de la sociedad y envolverla en cajas o bolsas con logotipos oficiales y de Morena y entregarla a parte de la población afectada. Es mucho más fácil hacer caravana con sombrero ajeno y, de esa forma, evita dar las gracias a los donantes.
Por eso maneja cifras globales de despensas y litros de agua, y no se descubra que, en realidad, está entregando insuficientes limosnas, pues no llegan a toda la población. Por eso el gobierno cuatroteísta redujo de 47 a 2 municipios a los cuales otorgó declaratoria de emergencia por desastre natural.
Según la información proporcionada por el presidente sin nombre y sin palabra, las fuerzas armadas continúan distribuyendo un promedio de 30 mil despensas y 200 mil litros de agua, más lo abastecido con 148 pipas y 13 plantas potabilizadoras. Sólo la Sedena elaboró hoy 49 mil 350 comidas calientes.
Mañana empieza la distribución de enseres domésticos en Barra Vieja y el martes inicia la entrega de la pensión a 100 mil 820 adultos mayores, así como a personas con discapacidad, becarios y otros beneficiarios de los Programas para el Bienestar.
En otras palabras, las despensas apenas alcanzan a cubrir a poco menos de una tercera parte de los beneficiarios de sus programas sociales, lo cuales son solo una parte de la población afectada.
Esperemos que la gripe aviar registrada en Sonora no se traduzca en falta de huevos, luego de haber encontrado la fórmula mágica para entregarlos sin que se rompan, aun cuando sería una magnifica oportunidad para cumplir con su dicho de la inutilidad de ayudar a los pobres porque se vuelven flojos y no trabajan.
Por supuesto, existe el riesgo de que, al más puro estilo de Segalmex, los aportes y donaciones de la sociedad y organismos privados se contabilicen como parte de los 61 mil millones de pesos que, presumiblemente, se destinarán a Guerrero.
Igualmente, es muy probable la declaración de “seguridad nacional” para no rendir cuentas de cómo y cuánto se gastó para, en Navidad, “poner de pie” a Acapulco, aunque lo hayan hecho “al aventón”.
He dicho.
@Edumermo.