ISABEL ORTEGA MORALES
Chilpancingo, Guerrero. El Poder Judicial está siendo agredido. Si quienes representan la ley son víctimas del Poder Ejecutivo y Legislativo, ¿qué tipo de poder representa?
La lección es grave, mirar un poder judicial protestando solo puede llevarnos a considerar que los pasos que se dan para concretar una autocracia, están muy cerca y si la ley no puede detenerla, si se busca sea sometida, no está el pueblo a salvaguarda.
¿Quién podría considerarse a salvo si el poder está cada día más centralizado en una sola persona y aún más, ese poder está casi visto como un poder emanado de una fuerza de dioses… paganos?
El temor está inmovilizando a la sociedad y está sociedad está observando qué camino toman quienes son depositarios de la justicia para saber cuál será la ruta que se marcará para el pueblo.
La historia de los pueblos que están y fueron sometidos por una autocracia están plagados de injusticia, de enfrentamientos, de revueltas, de falta de crecimiento social, de nulo desarrollo económico, de hambre, de muerte…
De acuerdo a la medición de pluralismo en el mundo, el Instituto Internacional para la Democracia y Asistencia Electoral, IDEA, considera que un 20 por ciento de países del mundo viven en dictadura y cita a China, a Cuba, a Vietnam, a Nicaragua, Venezuela, Libia, Somalia, entre los 32 países que mantienen esas condiciones de autocracia.
La posición del Poder Legislativo que la semana que concluyó cercenó al Poder Judicial su margen de respeto salarial de su base trabajadora al aprobar la desaparición de 13 de los 14 fideicomisos que la nutren, y entre ausencias casuales, votos a favor logra desde las Cámaras el sometimiento que busca el Poder Ejecutivo mandatar sobre el grupo que representa a la Justicia, solo es una muestra de que la autocracia, camina como caballo apocalíptico sobre la democracia mexicana.
En Guerrero a pesar de la movilización, tampoco sus voces son escuchadas y menos atendidas. Simplemente han sido ignorados derechos y cercenadas las garantías.
Con esta acción, la sociedad debe, sí, tener temor. Porque está siendo presa de la actuación de grupos fuera de la ley y la justicia está sometida.
Esperemos que el conocimiento de derecho tenga los razonamientos suficientes para revertir esta condición y podamos encontrar que la Justicia, también tiene esperanza.