TERESA GIL
Casa de herrero, azadón de palo. El Estado de Sonora es el invitado especial del Festival Internacional Cervantino, edición 51, pero sus autoridades tienen tiempo aún pese a la escasez de días, para reflexionar que la cultura no es una nota de sociales como muchos desde esa perspectiva la ven, sino algo profundo que invade todas las esferas de un estado y que por lo tanto debería de ser una materia que se tenga al día en un poder. Al parecer Alfonso Durazo irá en representación de su estado y uno de los baluartes que se tenía incluido era el destacado escritor y periodista Carlos Moncada Ochoa, que por cuestiones de salud no podrá estar presente. La cultura es siempre la esencia de todo conocimiento. Las armas que porta un gobernante caen al suelo como le ocurrió al señor Enrique Peña Nieto que mencionó en la FIL, los presuntos tres libros de había leído entre ellos la biblia que se quedó detenida en el Génesis. Vana intención cuando los que ejercen el poder, se ponen a niveles que no conocen y en el caso Sonora el señor Durazo que ya es experto en litio, no le sabemos cuantos libros ha leído y si la señora titular de Instituto Sonorense de Cultura Beatriz Guadalupe Aldaco, le hace segunda en una materia de tanta importancia. El instituto mencionado ha tenido tiempos lúcidos y no fue por los gobiernos priístas y el del PAN que gobernaron, sino por los propios titulares y la gente cercana en la dirección, que lograron crear una estructura de gran talento. Hoy está estancado.
EL APOYO ESTATAL A LA CULTURA NO PUEDE SER PERSONAL
El proyecto actual de cambio incluye la cultura como parte de una transformación. Y no puede ser de apoyo personal como ha ocurrido en pasados sexenios que se invertía en determinados medios a partir de su dueño, como Letras Libres y Nexos que han sido los ejemplos más visibles, pero había muchos a nivel federal y estatal. En todos los estados hay un clima latente de creatividad que se expresa en organismos y desde luego en las producciones que lanzan. En Sonora, como ya lo mencioné en pasada crónica, se acaba de realizar El Festival de la palabra, pero hay que destacar, no las presentaciones que serán para otro momento, sino la precariedad de sus recursos. A la par que en una sociedad civil, Escritores de Sonora su promotor, está ligado a otro organismo Sonora Queherida y una cooperativa que edita libros. Si hiciéramos un conteo de todos los organismos que aparte hay en ese estado y los muchos que también hay en todo el país, quedaría uno sorprendido de la riqueza cultural que se acuña en México y que tiene derecho a un apoyo institucional. Hay estudios sobre el tema, uno de ellos el de la Universidad de Colima de la década pasada que señalaba más de 35 mil organismos, en los que incluía desde luego algunos religiosos, de defensores de personas de escasos recursos y otros marcados en forma diferente de los culturales, pero que son muchos también y aunque algunos se mueven en el tramo de la institucionalidad sin ser estatales porque reciben recursos públicos, otros funcionan como organismos privados en definitivo, apoyados en conferencias, presentaciones en el caso de danza y teatro, los que editan libros, etcétera. Es un tema que volveremos a abordar. Por lo pronto queda abierta la exhortativa al gobierno de Sonora, próximo a ir al Cervantino anunciado para los días del 13 al 29 de octubre.