Emerge discurso racista y criminalizante por la presencia de personas migrantes en la capital de Oaxaca

>> La investigadora Virginia Reyes de la Cruz, reprocha al gobierno que no informe a la sociedad

>> “No queremos que nuestros hijos escuchen insultos, de que somos de aquí, sin derecho de hablar”: Nancy, madre sola, de Venezuela

Patricia Briseño/foto/ Información de SemMéxico

Oaxaca, Oaxaca, 25 de septiembre (entresemana.mx). La creciente presencia de personas migrantes en tránsito por la capital y periferia de Oaxaca ha dado paso a un discurso criminalizante por parte de algunos habitantes, que se suma a la discriminación por el color de piel, transgresión de derechos y violencia en su ruta por el territorio nacional a Estados Unidos. Sin que las autoridades intervengan.

Mujeres denuncian que en los albergues las insultan. Cuidan de ello a sus hijos e hijas, “que no es cuchen”. Mientras Virginia Reyes de la Cruz, investigadora de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca dijo que los gobiernos municipal, estatal y federal no informan  a la sociedad lo que está sucediendo.

Y lo que sucede, es que crece la reacción deshumanizante. En fecha reciente, una supuesta noticia con el título, “Migrantes desestabilizan y delinquen en la capital”, circuló profusamente en redes sociales llamando a repudiar a “los extraños” que duermen en la calle, que piden comida, y “qué pasaron de mendigos a delincuentes”.

El texto asocia la migración a la delincuencia e inseguridad. “Paisano oaxaqueño: Si un migrante de color (negro), se acerca a tu vehículo, en un semáforo, sube las ventanas. Estos despreciables sujetos ya han asaltado a muchos conductores y hasta se han robado los carros”.

Los mensajes de rechazo a la estadía de las mujeres y hombres  migrantes convocan a “alzar la voz”, “organicémonos”, “no permitamos que extranjeros sin escrúpulos nos metan miedo y nos quiten nuestra tranquilidad”.

En este contexto, vecinos de las colonias Libertad y Centro Histórico aledañas al mercado de abasto y a la terminal sur de autobuses foráneos, decidieron agruparse en tandas para impedir que migrantes en “condición irregular” acampen en camellones o jardineras.

Los colonos se oponen a la presencia de los migrantes en tránsito pues argumentan acarrea problemas de salud pública e inseguridad en su entorno, y de paso acusan al alcalde de Oaxaca, el morenista, Francisco Martínez Nery de evadir responsabilidades con el argumento de que “se trata de un asunto de competencia federal”.

Ante la situación de vulnerabilidad de las personas extranjeras, la iglesia católica abrió temporalmente las puertas de la Casa Parroquial  del templo Felicitas y Perpetua para cobijar a las y los migrantes originarios de Colombia, Ecuador, Guatemala, El Salvador, Cuba, Honduras, entre otras nacionalidades.

“Nosotros ya nos vamos …, eso intenté decirle a la gente que no nos quiere, pero no podemos discutir con las personas que no nos escuchan; por eso nos refugiamos en el albergue para que nuestros hijos no escucharan los insultos, de que no éramos de este país, y no teníamos derecho de hablar”, comentó Nancy, madre sola, de Venezuela.

“No migramos por gusto, no les venimos a causar molestias, la mayoría somos familias, vamos de paso, rumbo a los Estados Unidos; solamente estamos descansando un rato”, dijo Aldair, padre de familia, originario de Honduras.

Las denuncias coinciden en que su paso por Oaxaca y Chiapas han sufrido vejaciones por personal del Instituto Nacional de Migración (INM) los baja del transporte para que sigan a pie, y por los costos inflados de alimentos y pasaje.

Virginia Reyes de la Cruz, investigadora de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca (UABJO) consideró que los gobiernos municipal, estatal y federal no están informando a la sociedad lo que está sucediendo. “Soltaron el tema, y ante el vacío de información crece la ola de la discriminación, de xenofobia, de racismo, y eventualmente, de violencia”.

“Por un lado se dijo que México era un lugar de acogida, un país seguro para las migraciones en tránsito, lo que provocó que éstas se desplazaran, pero ese discurso cambió en los hechos”, apuntó.

A manera de propuesta, la especialista en movilidad humana plateó que la autoridad estatal tiene la oportunidad de articular un trabajo en red con la sociedad civil, iglesias, academia, municipios que ayude a atender a esta población, pues “se aproxima un momento caótico, que habrá de generar momentos de tensión”.

Relativa 1

Xenofobia, inadmisible en una entidad expulsora de mano de obra

La Confraternidad de Pastores Cristianos del Estado de Oaxaca (Copaceo) a través de su comunidad obsequia desayunos y meriendas en diversos puntos de la ciudad, lo que representa un respiro a las familias migrantes

Porfirio Flores, abogado y pastor de la iglesia cristiana sostuvo “la xenofobia oaxaqueña es una paradoja inadmisible en un estado que literalmente tiene colonias de oaxaqueños asentados en los Estados Unidos, y muchos de los cuales llegaron casi en las mismas circunstancias que los migrantes que hoy vemos caminar en la capital del estado”.

“Desde el punto de vista espiritual, los migrantes representan una oportunidad para mostrar la compasión; la solidaridad con el que sufre y la empatía con quien ha tenido que dejar su patria”, asentó.

La Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca (DDHPO) tímidamente emitió medidas cautelares a instituciones del gobierno estatal y municipal para que garanticen la atención humanitaria de urgencia a los migrantes en tránsito por la entidad.

Detalló que turnó los casos de su competencia a la CNDH por las presuntas violaciones a derechos humanos cometidas por personas servidoras públicas del INM.

Destacó que la intervención y actuación de la sociedad civil como las iglesias “fue fundamental para mitigar los efectos más graves de la problemática, al otorgar ayuda humanitaria y alojamiento a familias y personas en situación de especial vulnerabilidad, como niños, niñas, mujeres embarazadas y en lactancia, personas mayores y con discapacidad”.

Relativa 2

“Vienen de otro tipo de cultura”: Secretario de Seguridad Pública

Un promedio de 4 mil y 5 mil migrantes llegan al estado por día, principalmente, al Istmo de Tehuantepec y a la ciudad de Oaxaca, “porque la ruta por Veracruz está controlada por el crimen organizado”, informó el secretario de seguridad y protección ciudadana, Iván García Álvarez.

Según el jefe policiaco, la ruta migrante (antes) salía de Chiapas y continuaba por Veracruz, para llegar a la Ciudad de México en su tránsito a los Estados Unidos, “pero desviaron su ruta porque en Veracruz estaban siendo levantados por la delincuencia organizada, por eso ahora llegan por el Istmo de Tehuantepec para continuar a la capital.

«Afectan a la ciudadanía oaxaqueña cuando hacen sus necesidades fisiológicas en la vía pública. Vienen con otro tipo de cultura, de costumbres, y es por eso por lo que a la sociedad oaxaqueña no les agradan, porque la cuestión sanitaria es muy importante, pero no la respetan», dijo a la prensa.

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