MIGUEL ÁNGEL LÓPEZ FARÍAS
Es Xóchitl, cómo lo será Claudia.
La Hidalguense es, al final de este cuento, quien tiene menos manchas en su paso por el proceso de selección…en el caso de Claudia, sólo un ciego o un tonto, creería que la doctora llega a dónde llega producto de un proceso interno limpio. A Xóchitl la empujan tres partidos, y los que se tenían que bajar, se bajaron, si queremos calificar esto, bien podría decirse que fue exceso de burocratismo.
Con Claudia es la decisión de un solo hombre, le hicieron al mitote con lo de las corcholatas, López Obrador les recetó cubetas de atole a sus niñitos bien formados… lo demás es puro cuento, es como el PRI de Echeverría por ahora con redes sociales para repetir la mentira.
Y faltan muchos meses para que se asome la playa y sepamos quién sobrevive.
Lo que le espera al país no distará mucho de lo que hemos visto, el monotema presidencial de que el combate a los conservadores hoy representados en Xóchitl, Xóchitl abanicando la misma bola, el mismo meme, el mismo discurso de que no quiere huevones ni pendejos en su gobierno. Claudia repitiendo lo de Andrés Manuel, Mario Delgado lanzando grititos para ser tomado en serio, saliva y más saliva, y debajo de la alfombra, todo un ejército de «motivadores» del voto…lo mismo que hacia el PRI hace treinta años, solo que ahora con chaleco guindas.
Estamos por presenciar uno de los mayores gastos económicos en la historia de los procesos electorales en el mundo y no hablo del dinero que el INE regala a los partidos políticos, sino de toda la lana que, según el manual del rey del cash, ha sido reunido de quién sabe qué lugares, ¿alguien dijo narco? También, ¿por qué no? Y que habrá de movilizar a esos 30 o 40 millones de mexicanos que han sido «convencidos» para votar por Morena.
De una buena vez lo digo, olvide la posibilidad de atestiguar una campaña de altura, separe la idea de que tendremos una revolución electoral en dónde se establecerá el despertar de la conciencia mexicana ni piense que nuestra democracia estará vacunada a todo tipo de fraudes. El mismo cinismo ejercido en estos cinco años será el denominador para el 24, excepto este hermoso país despierte de la borrachera de los programas sociales y de las candidaturas hechas por guionistas de memes.
Así es, queda, el milagro del voto en masa… el voto de los ciudadanos que no les interesa hacerlo, el voto de los opinadores de café.
¿Se imagina usted a Claudia o Xóchitl siendo presionadas por el mayor grito electoral de la historia? ¿Con ciudadanos de a de veras?