MIGUEL ÁNGEL GÓMEZ FARÍAS
A las dos de la tarde con 16 minutos del diez de octubre del 2010, Andres Manuel López Obrador público el siguiente Twitter: «Que tristeza otra matanza de jóvenes en cd Juárez y el asesinato de líderes sociales en Oaxaca, Calderón totalmente rebasado».
13 años después, el mismo López Obrador, ya como presidente, no solo se le ve rebasado, sino desconectado de la realidad…el » no oigo», como respuesta ante la pregunta sobre el asesinato de cinco jóvenes en Lagos de Moreno, Jalisco, y en lugar de ello, soltar un chiste, no hacen otra referencia más que la de un hombre extraviado en los vapores de su mente.
Amlo no escucha, eso queda claro, no escucha más que a la pléyade de lamebotas… ¿escucha a los mexicanos que han sido víctimas de la descomunal violencia?, ¿si la madre de una jovencita desaparecida le pidiese unos minutos, López Obrador se los dedicaría tal y como ocurrió con la mamá del chapo Guzmán?
¿López Obrador escucha a los veracruzanos? ¿A quién escucha?
Jalisco ya ha sido objeto del interés nacional e internacional por lo de los chavos, pero no hace más de una semana, en Poza Rica, Veracruz, 19 cuerpos fueron encontrados congelados en dos casas de seguridad.
El horror en Veracruz no es menor al de Jalisco, y la respuesta de Cuitláhuac García es la de enfrascarse en la defensa de los libros de texto pues el estado puede pudrirse, caerse a pedazos, Cuitláhuac está en lo suyo: ganar el récord de los abyectos…Veracruz es tierra de secuestradores, de traficantes de hidrocarburos, paraíso de extorsionadores…y Cuitláhuac afirmando que el estado es muy seguro… ¿López Obrador está sordo y Cuitláhuac ciego?
Y hablamos tan solo de los muertos, de los ejecutados, falta mencionar a los miles de presos, la gran mayoría siendo inocentes, pero que por las vísceras de Cuitláhuac García es que son recluidos… tenebrosa comparación de las pestilentes tinajas de San Juan de Ulúa con Pacho Viejo.
No existe un solo diagnóstico que arroje que Veracruz está bien.
Su destrucción es sistemática y paradójicamente no son solo los criminales los causantes de todas las tragedias, sino de un gobierno estatal que rebosa en corrupción, enemiga de los ciudadanos y permisiva con los asesinos.
Solo falta que Cuitláhuac, siguiendo el libreto de su presidente, se atreva a contar chistes ante los cadáveres mutilados que siembran en su estado.