ROBERTO VIZCAÍNO
¡Vaya cierre de semana!
En los hechos Marcelo Ebrard ya no está en Morena. Su excolaborador y exaliado, cómplice en lo de la línea 12 y otros lances, Mario Delgado, como líder de este partido, le dio la espalda. Pero quien lo echó fuera fue el propio presidente Andrés Manuel López Obrador, quien ayer le respondió y aclaró:
“… hay la instrucción de que no se use al gobierno ni mucho menos el presupuesto para favorecer a nadie.
“Y Marcelo, y Adán, y Claudia y todos me conocen perfectamente, saben que no tengo una doble moral, un doble discurso; saben que no nos metemos y que se acabó el dedazo, y que es el pueblo el que va a decidir”.
Eso, aquí y en Júpiter, es tarjeta roja.
Y por si Marcelo no hubiera entendido, (y ante la pregunta de si no le informaron de que funcionarios apoyan a alguna ‘corcholata’, como lo afirma Ebrard), AMLO agregó:
“No, no… se están portando muy bien, ese es el informe que yo tengo.
“Por ejemplo, los gobernadores, esos tienen más influencia; ¡ninguno!… nos reunimos y se suscribió un acuerdo, y los gobernadores lo han cumplido al pie de la letra, todos. Pero yo entiendo también de que, imagínense, en vísperas de que se decida, pues hay inquietudes y hay dudas razonables, pero somos distintos”.
O sea, para López Obrador su excanciller es un inquieto levanta falsos. Para nada confiable ya. Pasa a retiro. Y con él Ricardo Monreal (a quien no siquiera ya mencionó) que fue el único que apoyó a Ebrard.
En su denuncia del miércoles el excanciller afirmó todo lo que ayer negó el mandatario: que se usan bienes, programas, recursos y brigadas de Bienestar para apoyar a Claudia Sheinbaum, “para decirle a la gente que el Presidente quiere que sea Claudia. ¡Están haciendo un acarreo, deveras, monumental!».
Y que ello ocurre porque los sondeos advierten que él va arriba de Claudia y los otros contendientes.
Este comentario induce que Ebrard sabe que él no será el candidato presidencial de Morena sino la exjefa de Gobierno capitalina.
Ante lo afirmado por Ebrard y rechazado por López Obrador la contienda presidencial interna en Morena pasó de los “focos rojos» advertidos por el excanciller al choque y la ruptura.
Ellos, y el resto de quienes los siguen, sabemos que no hay forma ni tiempo de parar la inercia de los apoyos e intenciones desplegados desde todos los niveles del Gobierno y la llamada 4T en favor de Sheinbaum, para llevarla a Palacio.
A 10 días de que se levante la última encuesta que definirá al candidato presidencial de Morena el impacto de todos estos apoyos ya está consolidado en favor de Sheinbaum. Nada lo puede echar abajo ya.
Que Marcelo pida rectificar el proceso es más que ingenuo. Él lo sabe.
Su denuncia es entonces sólo la justificación de su salida del proceso y de Morena… y su posible lanzamiento por otra fuerza política.
SE REALINEAN
La reacción inmediata fue un reacomodo en las fuerzas internas de Morena que apoyan a unos y a otros. El primero que brincó al ruedo en favor de su candidato fue Pío López Obrador, hermano de AMLO, quien igual que Ebrard advirtió que el proceso de sucesión dentro de Morena está totalmente viciado en favor de Claudia.
«Lo advertimos, el proceso está viciado de origen porque al amparo del Gobierno federal se está aplicando un operativo de Estado a través de las estructuras de los programas sociales de la Secretaría del Bienestar para favorecer a un aspirante al estilo del PRI de los 80’s», indicó.
En clara referencia a la exjefa de Gobierno indicó que ha habido un escandaloso acarreo, y despilfarro de recursos para inundar el País de espectaculares.
Y, a contrapelo de lo que su hermano niega, Pío afirma:
«… se desataron las prácticas priistas que se están aplicando a plena luz del día… en el acarreo para asistir a las llamadas asambleas informativas masivas e inundar todas las ciudades de bardas y espectaculares, exhibiendo de esta manera el derroche de recursos… el despilfarro de recursos públicos y la descarada intervención de algunos servidores públicos de los tres órdenes de Gobierno… se les olvidó que con esta patraña propagandística no van a engañar a la gente porque el pueblo ya despertó, tiene conciencia y está politizado y no se está chupando el dedo. Por eso y otras razones más, estoy cierto que Marcelo Ebrard ganará la encuesta».
Trascendió que al igual que Pío un grupo de cerca de 80 diputados y diputadas, senadores y senadoras de Morena -entre quienes se encuentra Malú Micher– se estarían decantando por Marcelo mientras que los 22 gobernadores y gobernadoras morenistas, y Delfina Gómez -quien asumirá el poder el 14 de septiembre con la asistencia de AMLO-, estarían ya promoviendo un pronunciamiento contra Ebrard y en apoyo al Presidente y Claudia.
Un rompimiento interno que apenas inicia y que quizá definiría la presidencial de 2024.
¿A quién beneficiaría esta fractura y quizá relanzamiento de Ebrard por otra fuerza?
Hay ahí una opinión y argumentos divididos: unos afirman que impactaría sin duda en contra de la candidatura de Sheinbaum y de los demás aspirantes de Morena en 2024 mientras que algunos más afirman que no, que el relanzamiento de Ebrard por otra fuerza opositora quitaría votos a quien resulte candidato/a presidencial del Frente Amplio Opositor y los otros a los otros cargos.
Yo sólo recuerdo que faltan todavía 10 meses para la elección general del 2024 y todo o nada puede ocurrir.
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