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MIGUEL ÁNGEL LÓPEZ FARÍAS
Desde que tengo memoria, los políticos han defraudado a México, nos convertimos en aquella familia en la que el padre y la madre viven de traiciones y de círculos fraudulentos, los hijos, los ciudadanos, instalados en la eterna adolescencia, somos rebeldes pero sin el coraje para independizarnos de los abusivos progenitores.
No importa el nombre o el color del partido, los políticos mienten, y tan bien lo hacen, que llegan a dominar el cinismo como todo un arte.
¿Ha mentido menos o más López Obrador que Peña Nieto? Los dos nos han visto la cara, uno más que el otro, la diferencia la marca el nivel de descaro, pero en esencia se disparan los mismos motivos: el poder.
No hace mucho se le adjudicaba al PRI todo el azufre cargado en el ambiente, rateros, asesinos, corruptos, y mil cantos más que fueron coreados en las calles…y dejó de ser el PRI, llegó el azul y nada cambió, el poder los hizo igualitos. Solo que los azules, a diferencia de los priistas , mostraron una infinita capacidad para hacer tonterías , reprobados por torpes…los tricolores fueron siempre rateros, pero vivillos para dejar la impresión de que atendían al pueblo…hasta que llegó Peña y se aprovecharon de la oportunidad para robar hasta el vómito…¿Morena es diferente? En lo absoluto, no solo mienten y lograron recuperar el medallero de la corrupción institucionalizada, pero ahora con el pestilente aroma del cinismo. Pero no son diferentes a los de antes, ni serán los últimos en el libro negro.
Ya sé, no todos están podridos, existen hombres y mujeres con sentido y dignidad sobre el quehacer de la política, claro que existen, pero esas raras aves no pueblan el paisaje. Contaditas almas limpias que dejan de serlo hasta que les toca sentarse en la mesa en donde se sirven sapos y platillos coprofílicos que son devorados por todo aquel que quiera estar en la política.
Por ello, ahora que en el escenario observamos a fenómenos tiktokeros como Xóchitl Gálvez o corcholatas clonadas, sin alma propia, y un ejército de mediocres políticos, uno no termina por dejar de creer que algo muy malo le hicimos al cielo, que nos ha condenado a repetir a estos adefesios… ¿O será que efectivamente ellos, los políticos, no son más que el espejo de esta sociedad? ¿Seremos acaso los gestores de esta fauna, por qué en el fondo somos ellos? ¿Políticos mentirosos como resultado de mexicanos mentirosos y de doble moral?
Está para pensarse
