VIOLETA DEL ANÁHUAC/ Norma Otilia, qué pena

ISABEL ORTEGA MORALES

Chilpancingo, Guerrero. Se llama Norma Otilia, llegó a la Alcaldía de Chilpancingo a través del partido MORENA, que se presentó como un movimiento amplio que aglutinaba a una sociedad cansada, sobre todo decían, de los excesos de poder de otros partidos como el PRI, el PAN y hasta el PRD, que ahora están en una alianza. Frente a ella había al menos un candidato, Alejandro Arcos, que impulsaba propuestas ante problemas, se reunía con expertos, mostraba los puntos necesarios para atender, etcétera, la masa se movió y ganó Norma la elección de 2021.

Hija de una madre que se destacó en la oratoria, hizo un periódico y encabezó grupos para posesionarse de tierras para habitar en Chilpancingo, y un padre poeta y cantante vernáculo que decía sus padres se habían equivocado al ponerle por nombre “Venancio” cuando eran evidentes sus rasgos indígenas, por lo que él decidió usar como nombre artístico “Benito”, ambos, junto con una menor de sus hijitas, murieron en fatal accidente.

Norma creció al amparo de su abuela materna, trabajó en el Ayuntamiento de Chilpancingo donde tiene base como trabajadora, e inició una vida dentro de partidos políticos que la llevaron al Congreso local como legisladora y llegó a gobernar el municipio de Los Bravo.

En Chilpancingo han gobernado antes que ella dos mujeres, de manera constitucional la Profesora Magdalena Vázquez Martínez, de Huicochea como a ella le gusta ser nombrada y es más conocida,  en el periodo del gobierno de Rubén Figueroa Figueroa. Antes Doña Aurorita Meza Andraca, quien está registrada en la historia como la primera mujer en gobernar un municipio en el país y en América Latina en el año 1936, como Presidenta del Concejo Municipal de Chilpancingo, un dato interesante es que en el año 1947 el Diario Oficial de la Federación publicó un decreto que impedía la participación de las mujeres en actividades políticas, mismo que fue derogado en diciembre de 1952 cuando se aprueba la iniciativa para otorgar el derecho al voto a la mujer en 1953. También como dato para recordar que en el año 1957, Carmelita Martín del Campo llegó por elección a gobernar el Municipio de Aguascalientes, Aguascalientes y la historia la registra como la segunda, después de Doña Aurorita.

Regresemos a Chilpancingo. El arribo de Norma Otilia trajo buenas expectativas, joven, de buena presencia, hasta agradable, parecía que arribaba como una primavera a gobernar la Capital y que dada la cercanía con la Gobernadora Evelyn Salgado Pineda y del Senador Félix Salgado Macedonio, a Chilpancingo le iría de lo mejor.

Pero Norma Otilia empezó a mostrar que no tenía oficio político. Desde la Secretaría General de su Ayuntamiento empezaron a presionar a las mujeres abogadas para que renunciaran por no pertenecer a las filas donde militaba la Presidenta Municipal, a tal grado que hicieron paro, marcha, las descalificaron y se quedaron aisladas en sus propios centros de trabajo. Después vendría la falla en obras sociales, otras más en las zonas rurales donde, dicen que decía la Alcaldesa, no tenía compromiso porque ahí no ganó.

Crecieron los problemas en la zona del Valle de El Ocotito y, la violencia y la inseguridad también, hechos de horror que paralizaron la vida de la Capital de Guerrero, propició una de las más grandes movilizaciones y el señalamiento desde el gobierno federal de que se trataba de una marcha narco, otro dato por revisar posteriormente.

No solo se quedó en ello, derrumbó monumentos símbolos de lucha, como el de los Mártires del 60, algunos dicen que por la falta de información o conocimiento sobre el significado para la historia de Guerrero, no solo de Chilpancingo, y empezó con un discurso donde se enreda ella solita al dar respuestas en su propia mañanera semanal de los lunes descalificando a diestra y siniestra, pero sin avances, al menos no conocidos.

Ahora está distanciada del gobierno en turno. No ha estado en eventos donde si acude la Gobernadora, el propio Secretario General le sugirió pidiera licencia, ha comparecido ante la Fiscalía General de la República, y se le multiplican los problemas mientras ella aduce que todo está bien y le tira la piedra hasta a la Fiscal General a la que le pide resultados subrayando que a ella le toca la prevención del delito.

Solo que justamente es ahí donde está en este momento su talón de Aquiles.

Norma tiene graves problemas en el municipio, pero tiene mucha suerte y ante ello se ampara. Quizá termine su mandato pero en el tiempo que le falta, a Chilpancingo aún le quedará tiempo para hacer su propio recuento de daños. Qué pena.

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