JUAN CHÁVEZ
Está de moda hablar y escribir de la inteligencia artificial. Pocos saben, sin embargo, que se trata de una verdadera revolución tecnológica que construye robots que amenazan con desaparecer al 27% de los empleos en el mundo, porque todo lo pueden hacer.
Tres de cada cinco trabajadores temen perder su empleo a causa de la IA en los próximos 10 años, según una encuesta realizada por la OCDE el año pasado. La encuesta abarcó a 5,300 trabajadores de 2,000 empresas de los sectores manufacturero y financiero de siete países de la OCDE.
La encuesta se realizó antes de la aparición explosiva de IA generativa como ChatGPT.
Y es que ya existen, inclusive, máquinas robóticas que sin que les tiemble el pulso, están realizando intervenciones quirúrgicas en los países adelantados.
En Japón, los robots son los modernos cirujanos en los quirófanos.
A pesar de la ansiedad por la llegada de la IA, dos tercios de los trabajadores que ya trabajan con ella afirmaron que la automatización había hecho que sus trabajos fueran menos peligrosos o tediosos.
Más de una cuarta parte de los puestos de trabajo de la OCDE dependen de competencias que podrían automatizarse fácilmente en la próxima revolución de la inteligencia artificial, y los trabajadores temen perder sus empleos a causa de esta tecnología, dijo el martes la OCDE.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) es un bloque de 38 miembros, que abarca principalmente a las naciones más ricas, pero también algunas economías emergentes como México y Estonia.
Según la OCDE, hasta ahora hay pocos indicios de que la aparición de la IA esté teniendo un impacto significativo en el empleo, pero apunta también a que esto podría deberse a que la revolución se encuentra en sus primeras fases.
Los empleos con mayor riesgo de ser automatizados representan 27% de la mano de obra media de los países de la OCDE, siendo los países de Europa del Este los más expuestos, según señala la organización con sede en París, en su informe Perspectivas de Empleo 2023.
Los empleos con mayor riesgo se definieron como aquellos que utilizan más de 25 de las 100 competencias y habilidades que los expertos en IA consideran fácilmente automatizables.
Mathias Cormann, secretario general de la OCDE, declaró en rueda de prensa: «La forma en que la IA acabará afectando a los trabajadores en el lugar de trabajo y si los beneficios superarán a los riesgos, dependerá de las medidas políticas que adoptemos».
«Los Gobiernos deben ayudar a los trabajadores a prepararse para los cambios y a beneficiarse de las oportunidades que traerá consigo la IA», escupió.
Según la OCDE, los salarios mínimos y la intermediación colectiva podrían ayudar a aliviar la presión que la IA podría ejercer sobre los salarios, mientras que los Gobiernos y los reguladores deben garantizar que los derechos de los trabajadores no se vean comprometidos.
Viene un cambio radical en la relación laboral-empresas. Es algo que sucederá de forma incuestionable en los próximos años.