*La nueva dirigencia tricolor anuncia buscar fortalecer la unidad y señala a figuras como la del alcalde de Tulancingo, Jorge Márquez, como la de un “hombre de convicción” y un cuadro destacado que se distingue por “honrar la confianza depositada”; en tanto, Yareni Melo Rodríguez, ex Secretaria General Estatal, dijo que en su ex partido se violentan los derechos de las mujeres, y la dirigencia nacional ha incurrido en violencia de género. Nada fácil se presenta el escenario inmediato para el tricolor que requerirá de figuras estatales de peso y respeto
ANTONIO ORTIGOZA VÁZQUEZ/ @ortigoza2010
(Especial de Expediente Ultra). En una primera reacción a las renuncias de diputados, alcaldes y dirigentes, el edil de Tulancingo, Jorge Márquez y el nuevo dirigente estatal del PRI, Marco Mendoza, emprendieron de forma conjunta acciones «para fortalecer la unidad» y así «hacer frente a los desafíos venideros» del año próximo.
De esa forma, en vías de hecho, el alcalde Márquez (entre los mejor evaluados en todo el país) surge como figura señera para el control de daños y estratega en la tarea de recuperar el terreno perdido con la crisis surgida por las renuncias surgidas de forma sorpresiva en días recientes.
El anuncio oficial de acciones para «fortalecer la unidad» de los priistas se hizo 24 horas después de que el sábado 24 se dieron a conocer las renuncias al PRI de 15 alcaldes y 70 regidores y síndicos, que se suman a las dimisiones de todos los diputados locales y el comité estatal en pleno.
El nuevo dirigente estatal, Marco Mendoza, en la reunión informativa dijo del alcalde Márquez que es «hombre de convicción revolucionaria, cuadro destacado» del tricolor y que «se distingue por honrar la confianza depositada».
El anuncio de las acciones priistas para recuperar el liderazgo y «la confianza depositada» tuvo lugar como respuesta a los señalamientos de los dimitentes. La regidora de Pachuca y ex secretaria general del PRI estatal, Yareni Melo Rodríguez, señaló en una vehemente intervención que «el PRI no es seguro para las mujeres (porque) se violentan sus derechos» y que «la dirigencia nacional ha incurrido en violencia de género», sin especificar caso concreto. Sólo hizo notar, por ejemplo, ante el caso de la renuncia de la dirigencia estatal, «por prelación que está considerada en los estatutos, le correspondía la dirigencia a una mujer, pero se pasó por encima de los estatutos».
En la reunión de trabajo de los nuevos dirigentes estatales, se anunciaron planes de trabajo para «fortalecer la militancia» y restablecer la condición de un «partido unido y fuerte».
Se dijo que Marco Mendoza ha establecido lazos «de trabajo y unidad con los alcaldes, como José Juan Viggiano, de Tepehuacán de Guerrero; María Magdalena Rubio, de Jacala de Ledezma; Dante Cárdenas, de Santiago Tulantepec; Agustín Ramírez, de Agua Blanca; Alfredo Morales, de Meztitlán y Fermín Rivera Peralta, de Cuautepec de Hinojosa.
Mendoza reiteró que «el PRI es de todos y todas» y que se trabajará para dar voz y voto a cada militante en los 84 municipios.
Y EL SÁBADO RENUNCIARON 15 ALCALDES
El presidente municipal de Pachuca, Sergio Baños Rubio, reiteró los conceptos vertidos antes por diputados y dirigentes estatales para abandonar el PRI: «Imposiciones de la dirigencia nacional» y otras acusaciones ya muy conocidas, lo que podría suponer un esquema general para esos casos, aunque no se tenga registro preciso de antecedentes de inconformidades contra «Alito» Moreno y otros dirigentes, no obstante que, desde su llegada a la cúpula tricolor, el campechano ha sido consistente en su conducta.
Se dio lectura a la lista de alcaldes que dejan al PRI después de una repentina decisión: Francisco Leopoldo Basurto, de Ajacuba; Lorenzo Agustín Hernández, Atitalaquia; Alejandro Sierra, Mineral del Monte; Alejandro Dionicio, Molango; Jorge Borbolla, Omitlán de Juárez; Ricardo García, Disaflores; Belem Arturo Máximo, San Agustín Tlaxiaca; Erika Saab Lara, San Felipe Orizatlán; Salvador Jiménez, Tepeji del Río; Said Chávez Cobos, Tlahuiltepa; Elsa Dolores Vázquez, Villa de Tezontepec; Zenón Navarro, Yahualica; Edgar Moreno Gayosso, Zacualtipan de Ángeles; Jesús Hernández, Zempoala, y el anfitrión, Baños, de Pachuca.
Complejo el escenario que se presenta al PRI hidalguense donde, sin duda, únicamente un liderazgo local fuerte, sin aduanas a una dirigencia nacional sin mucha autoridad moral, podría tejer una nada fácil ruta a la reunificación. Un PRI dividido a nadie le sirve ni beneficia, eso es más que claro.