ISABEL ORTEGA MORALES (Guerrero). Cuando en los meses de marzo y abril de 1982 hizo erupción el Volcán Chichonal, en Chiapas, dos de los tres factores que se consideraron de riesgo para la población eran inherentes a la naturaleza, salvo uno, la falta de mecanismos organizados de respuesta ante la emergencia. Esto se hizo más evidente cuando en septiembre de 1985, los sismos con epicentro en nuestro estado de Guerrero, mostraron la gran respuesta ciudadana y el shock ante el hecho que se manifestó al tardar en salir a prestar ayuda de un gobierno que encabezaba Miguel de la Madrid.
Los gobiernos posteriores aprendieron de esa emergencia y crearon el FONDEN, Fondo de Apoyo ante Desastres Naturales que, al menos, permitía una movilización gubernamental inmediata y la prestación de ayuda a la sociedad, hasta que fue retirado el programa en este gobierno que encabeza el Presidente Andrés Manuel López Obrador.
A propósito de la actividad volcánica que presenta el Popocatépetl, la Jefa de Gobierno Capitalina, Claudia Sheinbaum, quizá para mostrar estar enterada del tema, dijo a los medios y con ello a la población cercana al Volcán, que su gobierno estaba “preparado” para enfrentar “cualquier cosa que ocurra”.
Pero su respuesta deja más preocupación que tranquilidad.
Por ejemplo la ceniza volcánica ha llegado ya al estado de Puebla, hay visos de su presencia en Tlaxcala, y se dice que podría extenderse hasta los estados de Morelos y la propia capital del país, CDMX, y no hay en los medios radiofónicos ninguna campaña que permita a la ciudadanía saber cómo actuar ante ese efecto de la actividad del “Popo”, intentando dejar por sentado que la gente ya sabe que hacer, sin ayudarlos a mantener serenidad, prepararse para atender en sus hogares, cuidar su salud, así como de los animales, domésticos, de la calle, ganado, aves de corral, etc.
Si en un caso elemental de atención gubernamental en apoyo a la ciudadanía no está presente el gobierno de doña Claudia, deja abierta la preocupación de si lo estará “ante cualquier cosa que suceda”, entendiéndose como una erupción de gran magnitud, llamadas “erupciones explosivas con abundante lluvia de ceniza y flujos piroclásticos” o “corrientes de densidad compuestos de ceniza y rocas a muy altas temperaturas” con nubes ardientes y lava que se desplaza por las laderas a alta velocidad.
Pero la Jefa de Gobierno Capitalino no habló de los mecanismos organizados de respuesta ante la emergencia que tiene ante este hecho.
Uno puede entender que está mejor organizado su grupo político para atender la agenda de lo importante en ello escrito, que lo necesario para conocer y actuar como en este caso de “Don Goyo” que ha decidido distraer la atención de doña Claudia.
Las circunstancias políticas a veces no se llevan bien con las que marca la naturaleza y la vida, donde cualquier omisión puede generar un desastre que, sin el FONDEN activo, dificulta una atención más humana y puede impactar, no solo en la vida y bienestar de la población, sino también en lo político, donde interesa a la clase política.