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JUAN CHÁVEZ. A López Obrador le cae como anillo al dedo el dicho popular que dicta que perro que ladra no muerde.
Sobre todo en el caso de la ministra Norma Piña que la semana pasada recibió el premio Derechos Humanos 2023 en Marruecos.
El presidente, como toro en brama, respondió que el galardón de altura recibido por la ministra presidenta de la Suprema Corte de Justicia, es de “esos premios (que) se pueden conseguir en la plaza de Santo Domingo”.
La envidia, la distinción, lo corroe. Destila el odio contra la presidenta de la Corte que no le dejó pasar su Plan B de reforma electoral “por anticonstitucional”.
Y seguramente, porque desconoce el valor de tal reconocimiento.
Ignora que el reconocimiento de la IAWJ –organización no gubernamental sin fines de lucro fundada en 1991– es otorgado anualmente por la nominación y el voto de sus integrantes: más de 10,400 juezas y aliadas de 143 países del mundo.
La IAWJ es la Asociación Internacional de Mujeres Juezas, marco en el que las jueces ejercen sus funciones libremente, sin presiones ni condicionamientos… lo que, obvio, el descalificador del atril mañanero, no acepta, por su autoritarismo e intención de convertirse en dictador de México.
La independencia judicial es la garantía de que se podrán proteger los derechos de los ciudadanos, particularmente los de las mujeres, “su realización exige que la impartición de justicia sea sin subordinación interna o externa alguna”, expuso la ministra mexicana al recibir el premio.
“Nuestra única presión debe ser cumplir y hacer cumplir las leyes fundamentales que nuestros países han decidido darse, así como los compromisos internacionales asumidos” expuso.
“En momentos como los que vivimos en todas nuestras latitudes, ante la zozobra por la fragilidad de lo ganado, este año nos llevamos también la seguridad de que estamos juntas haciendo un frente común por la defensa de la constitucionalidad democrática en nuestros países; por la defensa de la independencia y la autonomía judicial como baluartes de nuestras libertades”, sostuvo la ministra Piña.
En tanto, políticos, académicos y activistas del país, insisten en que AMLO frene señalamientos de descalificación y gobierne sin insultar a quienes no aceptan vivir bajo su férula de insultos y menosprecio, por el simple hecho de no estar de acuerdo con sus principios y forma de gobierno.
Este año, el premio correspondió a la ministra Piña, por el compromiso asumido para asegurar la implementación de principios de derechos humanos y otros referentes significantes para avanzar en la justicia para mujeres, niñas, niños y familias, dio a conocer la Corte en un comunicado.
La Suprema Corte de Justicia de la Nación, con la distinción de las jueces del mundo a la ministra Norma Piña, quedó inscrita como bastión de nuestra democracia… aunque le pese reconocerlo a ya sabe usted quien.
