JUAN CHÁVEZ. Aunque las cifras no cuadran, es incuestionable que los cientos de miles de migrantes centroamericanos y otros países, seguirán arribando a México con la esperanza de entrar a Estados Unidos.
Es una crisis para los dos países que no tiene solución hasta ahora.
Con el fin del Título 42, que mantuvo cerrada la frontera a solicitantes de asilo, 660 mil indocumentados que se encuentran en México intentarán cruzar a Estados Unidos.
Hay una crisis nueva para la cual EU no está preparado ni está en sus manos solucionar: los países fallidos de Venezuela, Nicaragua, Cuba y Haití expulsan a millones de sus ciudadanos a buscar refugio en el país de las barras y las estrellas.
A partir de la noche del viernes, en que terminó el Título 42 que mantuvo cerrada la frontera a solicitantes de asilo, la Unión Americana regresará a las fronteras mexicanas a miles de migrantes, ahora con la aplicación del Título 8, que castigará con cárcel a los indocumentados que crucen la frontera.
Habrá, por parte del Tío Sam, repatriación de migrantes… pero la mayoría, los devolverá a las ciudades fronterizas de México.
Se anuncia que vienen más migrantes y que serán millones.
Venezuela, Cuba y Nicaragua son Estados fallidos. El experimento socialista dictatorial los ha deshecho, y su gente sale a buscar dónde trabajar para comer tres veces al día.
Eso es lo que ha defendido el gobierno mexicano en estos cuatro años y medio: dictaduras que, si bien llegan al poder por la vía electoral, ahí se pertrechan e imponen un modelo económico fracasado.
Los millones de trabajadores que huyen de sus países cambian la utopía socialista por una oportunidad de trabajo en Estados Unidos.
Información del New York Times indica que entre febrero de 2021 y marzo de este año, agentes de migración de Estados Unidos atraparon a migrantes ilegales en la frontera con México en cinco millones de ocasiones.
México sostiene que han entrado a su territorio un millón 800 mil migrantes, Estados Unidos señala que bajo el Título 42 regresó al “tercer país amigo” (México), más de tres millones de migrantes.
Las cifras pues no cuadran.
El martes de esta semana subió a 11 mil el número de detenciones diarias, luego de un promedio de siete mil.
La marea crece. Y México es el número uno en expulsar a sus habitantes hacia Estados Unidos, porque es el más poblado y por el fenómeno de la violencia.
Estados Unidos no estaba preparado para los éxodos masivos de los Estados fallidos cuyos gobernantes se aferran al poder.
Y el canciller Marcelo Ebrard declara que México no recibirá de Estados Unidos más de mil migrantes al día… porque “ya no tiene capacidad”.
El caos, la catástrofe de la migración, está a la vuelta de la esquina.
Como señala un ex alto funcionario del gobierno de Joe Biden, citado por Eileen Sullivan en The New York Times: los migrantes son el síntoma, y los Estados fallidos son la enfermedad.
Ahora lo que vemos son cientos de miles, millones de seres humanos, que huyen de la crisis humanitaria provocada por el socialismo dictatorial de gobernantes que no se van del poder para no enfrentarse a la rendición de cuentas.
Eliminar el Título 42 fue una decisión valiente del presidente Biden, porque representaba el espíritu antiinmigrante de la era Trump. Lo quiso hacer desde el inicio de su gobierno, pero se lo prohibieron las cortes.
Sin embargo, sustituirla con el Título 8, que incluye la prohibición de entrada a Estados Unidos por cinco años a migrantes reincidentes, además de ser una nueva “regla” que dificulta el proceso de asilo, es considerada una traición a las promesas de una política distinta a la de Trump.