ELVIRA HERNÁNDEZ CARBALLIDO (SemMéxico, Pachuca, Hidalgo). Norma Vázquez se ha acercado a mujeres que llegan a Bilbao, España y que por diferentes razones han dejado sus lugares de origen. Posiblemente, su propia situación de migrante fue determinante para identificarse con el tema. Fue así como creó Sortzen, una consultoría donde se busca “concienciar sobre cómo afecta la violencia machista en las dinámicas de pareja, entre las y los adolescentes y jóvenes y en trabajadoras del hogar, particularmente con mujeres migradas, en el ámbito laboral y el ciberespacio”.
Originaria del estado de Hidalgo, nació en Santiago Tulantepec, Hidalgo, 1960. Psicóloga feminista ha militado en el feminismo desde la década de los ochenta. Formó parte de CIDHAL (primer centro feminista en América Latina). Perteneció a Mujeres en Acción Sindical y la Coordinadora Feminista del D.F. En 1988 fundó con otras feministas la Red contra la violencia hacia las mujeres. Desarrolló un programa de apoyo al movimiento feminista centroamericano de 1990-1992. Vivió en El Salvador de 1992 a 1998 trabajando con Las Dignas. Radica en Bilbao desde 1998 donde creó Sortzen.
En dicha organización ella y un equipo de mujeres, 2008, realizan diferentes investigaciones para sensibilizar y orientar sobre el tema. Si bien están registradas como revistas, podemos clasificarlas como publicaciones que ofrecen el resultado de sus investigaciones y entrevistas. Entre ellas está “Mujeres migrando”. El texto consta de 32 páginas. El crédito de las autoras se da al interior de la publicación:
Responsable de la edición: Norma Vázquez.
Texto: Nerea Barjola y Norma Vázquez.
Realización de entrevistas: Carla Gómez Davies (MCV) y Nerea Barjola.
Corrección de estilo: Alejandra Eme Vázquez.
Diseño gráfico e ilustraciones: Amaia Ballesteros. www.amaiaballesteros.com
Impresión: Gráficas Uncilla, S.A.
La obra está dividido de la siguiente manera:
UN TEXTO MESTIZO. Introduce al tema, destaca que se han recuperado nueve testimonios y señalan con claridad sus objetivos y preocupaciones:
Las mujeres que han migrado por cualquier razón, se enfrentan no solo a las dificultades propias de un proceso migratorio, sino también a una sucesión de obstáculos, abusos y necesidades interconectadas unas con otras; una cadena de piezas que encajan entre sí sin llegar a tocarse, que actúan de manera independiente pero coordinada y que en su conjunto, posibilitan la salubridad de un sistema profundamente machista, racista y clasista. A este sistema que simultáneamente las necesita y las rechaza se incorporan las mujeres migradas; en él y desde él se teje una red de violencias estructurales y cotidianas, pero también de sutiles abusos que sufren, enfrentan, rechazan, horadan o rompen, regularmente de manera silenciosa.
EL VIAJE. Muestran los motivos por los que las mujeres que comparten sus historias han migrado.
LA LLEGADA. Los testimonios describen los primeros días de estas mujeres en otro país y la forma en que son tratadas. Es el momento en que enfrentan la primera violencia: El no reconocimiento de los otros por ser extranjeras.
EL CONTROL ABSOLUTO DEL CUERPO MIGRADO. VIOLENCIA DEL TIEMPO, ESPACIO Y CUERPO. La observación que delatan los testimonios en señalada de manera directa por la autora: hay una apropiación y vigilancia constante sobre el cuerpo migrado.
MUJERES DE FRONTERA. ALLÁ LES PIDEN. ACÁ NO LES DAN. Se detalla su preocupación de ejercer una maternidad a distancia, un rol que nunca perderán, por ello señalan sus estrategias para seguir atentas al cuidado de sus hijos e hijas, así como de sus estrategias para enviarles apoyo económico. “Por norma general, ellas trabajan con la inquietud de enviar todo lo que ganan; a veces, incluso, por encima de sus posibilidades. Esta intranquilidad no mejora cuando además de estar privadas de tiempo y de espacio, no se les entrega su sueldo a tiempo… la remesa es la razón de ser de la migración: quienes se quedaron allá dependen de su llegada”.
CUERPOS EN RESISTENCIA. LA VIOLENCIA QUE AFECTA LA SALUD. Las historias de cada una de las mujeres que ofrecen sus testimonios reconocen la manera en que enferman, en las dificultades para ser atendidas por algún médico o tener posibilidades de acceso a un servicio de salud o de conseguir medicamentos.
LA CONCIENCIA DE LA NUEVA MESTIZA. Después de dar voz a las mujeres, las autoras presentan conclusiones sensibles y con gran sentido humano, sin pesimismo ni optimismo exagerado. Reconocen la importancia del testimonio como una herramienta de denuncia.
Los textos son narrados en primera persona por lo que las protagonistas son las narradoras de sus propias historias. Se protege su identidad, por lo que el nombre que se les asigna no es el verdadero, pero ellas son: Larissa, Farah, Nicole, Erlinda, Rosa, María Elena, Ethel, Ana María y Flor. El lugar al que llegan es Euskadi y sus países de origen son Honduras, Marruecos, Bolivia, Filipinas y Perú.
Recoger la experiencia vital de las mujeres migradas en estas nueve historias de vida proporciona, además de un testimonio, una nueva forma de entender e interpretar la biografía y la memoria de la migración. El proyecto migratorio es un viaje duro, difícil, con muchos obstáculos y violencia. Pero también es el lugar de la resistencia, el lugar del cambio y la mejora. El espacio de la satisfacción y la rebeldía. También es el sitio de lo conseguido y lo luchado. Y el momento de la cosecha y el reconocimiento.
Desde nuestra perspectiva, la serie impresa de “Mujeres migrando” se caracteriza por los siguientes puntos:
Recupera testimonio de varias migrantes de diferentes partes del mundo que llegan a Bilbao.
Las mujeres son de México, países de sudamérica y de África.
Los testimonios son escritos en primera persona y eso le da al relato una sensibilidad y cercanía muy significativas.
La autora estructura las historias con seis pautas: Orígenes familiares, decisión de salir de su país, trayectoria de migración, problemas más constantes, soluciones y visión prospecitva.
En sus historias, la mayoría no cuenta con el apoyo de sus esposos y deben responsabilizarse solas del cuidado de sus hijos e hijas.
Existe una denuncia constante de la violencia que estas mujeres enfrentan.
La violencia registrada es clasificada de la siguiente manera:
Física. El sistema, aunque las sabe tan necesarias como rechazadas, las golpea, viola su intimidad, acorta su espacio, abusa de su salud y les roba su tiempo.
Psicológica. Hay prejuicios hacia sus cuerpos, costumbres, forma de hablar, de vestir o de comer que trae consigo miedos, malos tratos y amenazas.
Económica. Se les paga poco, se les explota abusando de su mano de obra que nunca es valorada. No hay contratos ni horarios.
De pareja. Los hombres con quienes se relacionan no corresponden de igual manera en las relaciones amorosas con ellas.
Sin duda, en los relatos recuperados por Norma Vázquez se prefiere dar voz a las mujeres y visibilizar el difícil proceso de migración sin victimizar. Hay un tono de denuncia en su texto, pero a la vez una propuesta esperanzadora al acompañar a cada una de estas mujeres que llegan a un lugar muy diferente al propio.
El cierre de los textos es muy representativo porque pese a los momentos trágicos y violentos, ella no deja una sensación de pesimismo y mucho menos de optimismo, su visión es totalmente esperanzadora, pero, sobre todo, de un sentido de valentía y riesgo necesario: El proyecto de migrar es, también, un proyecto de transgresión.
Velázquez, Norma. (2016). Mujeres Migrando. Sortzen, España. Se puede consultar de manera gratuita en: https://sortzen.org/productos/Revista%20Mujeres%20migrando.pdf