En arrebato personal, López Obrador rompe con la Suprema Corte de Justicia de la Nación

>> Prohíbe a sus principales colaboradores, Rosa Icela Rodríguez y Adán Augusto recibir llamadas y reunirse con ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación

>> Dice que los ministros se arrepintieron de haber determinado que la Guardia Nacional retorne a la Secretaría de Seguridad

>> Confunde un gesto de la ministra presidente Norma Piña de otorgar un periodo amplio para operar ese retorno en materia administrativa y de personal

Con información de prensa de la Presidencia de la República

Veracruz, Veracruz, 21 de abril (entresemana.mx). Andrés Manuel López Obrador reaccionó molesto contra el fallo dictado por mayoría del pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación de que la Sedena devuelva el mando al ámbito civil de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, en especial contra la presidenta ministra Norma Piña, y rompió con la Corte, es decir, con la cabeza del Poder Judicial de la Federación.

En la conferencia mañanera ofrecida en instalaciones de la antigua aduana porteña, el presidente López Obrador fue al extremo de prohibir a sus principales colaboradores, en específico a la secretaria de Seguridad, Rosa Icela Rodríguez, y Adán Augusto López Hernández, recibir llamadas de ministros de la Corte y de su presidenta.

Además, en un equivocada interpretación de un gesto de la ministra presidenta, López Obrador aseguró que los ministros ya se habían arrepentido de haber declarado inconstitucional que la Guardia Nacional estuviera bajo la férula de la Secretaria de la Defensa Nacional.

Pero el caso es que la ministra presidenta pidió a la secretaria Rosa Icela reunirse para acordar un plazo amplio que permitiera, sin presiones, el traspaso de todo lo inherente a la devolución de la Guardia Nacional del mando militar de la Secretaría de la Defensa Nacional al mando civil de la Secretaría de Seguridad, como ordena la reforma constitucional, pero que una contrarreforma a un artículo transitorio ordenó lo contrario.

Presidente, preguntarle si nos pudiera hablar de cómo se va a dar el traspaso de la Guardia Nacional a la Secretaría de Seguridad, no sé si el secretario de la Defensa o la secretaria de Seguridad, hablarnos de este plazo que se ha dado para que sea en enero del próximo año—planteó una reportera.

— Pues yo se los contesto –atendió López Obrador.

Y, de entrada descalificó:

“La Corte actuó mal, ocho ministros resolvieron con criterio político, no con criterio jurídico, y no les importó el daño que pueden ocasionar al impedir que la Guardia Nacional dependa de la Secretaría de la Defensa, porque lo que resuelven es que la Guardia Nacional continúe como estaba la Policía Federal de los tiempos de Calderón y de García Luna, esa corporación que se corrompió por completo, por entero. Porque se creó esa Policía Federal sin disciplina, sin profesionalismo, sin mística, sin honestidad, y empezó a ser manejada por jóvenes en ese entonces, ambiciosos, sin principios, sin ideales, y miren en lo que terminó”.

Acusó que los ministros no tomaron ese factor y “esgrimiendo de que la ley es la ley, puro choro mareador, cuando lo que buscan es que no se consolide la Guardia Nacional. Vamos nosotros a seguir fortaleciendo la Guardia Nacional.

“(….) ¿Qué vamos a hacer? Vamos a continuar fortaleciendo la Guardia Nacional. Ya son 130 mil elementos. A ver, ¿por qué no pones, de favor, el plano de Veracruz?

O sea, porque usted apuesta a una formación militar, porque ahora también las cosas en la Secretaría de Seguridad no son las mismas, está Rosa Icela Rodríguez…

No, pero esto es civil, o sea, es una rama civil.

Mi pregunta es: ¿por qué ahora que las cosas han cambiado? Ya no es Genaro García Luna, es la secretaria Rosa Icela; usted mismo ha dicho, pues es otra cosa, definitivamente, ¿no?

Sí, pero no es que me preocupe ahora. Me preocupa, claro (…).

Pero ¿cómo se acata, digamos, la resolución?

No se puede acatar porque entra en vigor hasta enero del año próximo…

En teoría sería un proceso…

O sea, se arrepintieron, o sea, en vez de que ordenaran que entrara en vigor de inmediato, empezaron ahí hasta mandándonos a decir que por qué no se negociaba para que entrara en vigor después.

No, le dije al secretario de Gobernación y a la secretaria de Seguridad Pública: No, nada de negociación, esto tiene que ver con la dignidad, nosotros no hacemos acuerdos en lo oscurito.

¿Quién mandó ese mensaje?

La presidenta y otros ministros—aseguró López Obrador.

¿Que entrara en vigor después de enero?

Sí, sí, sí, que querían, y les dije: Ni les contesten el teléfono, ni les contesten el teléfono.

Entonces… Ah, porque ayer tenía un desayuno la secretaria de Seguridad Pública con la presidenta de la Corte. Entonces, cuando me enteré…

¿Ahí se lo dijo?

Sí, y les dije: No quiero ningún enjuague, ya no es el tiempo de antes, porque quiero enviar la iniciativa de reforma a la Constitución, porque quiero que sea el pueblo el que decida (…).

Es decir, ¿el desayuno sí se llevó a cabo y ahí le dio ese mensaje?

Sí, sí, sí, y ahí empezaron. Y me fueron a consultar el secretario de Gobernación y la secretaria de Seguridad.

Y todavía —voy a decir otra cosa, porque esto antes se callaba— le dijo la presidenta de la Suprema Corte a la secretaria: ‘Oye, pero cómo te quejas, si tú vas a manejar la Guardia Nacional’. Politiquería ramplona, abriéndole el apetito para que ambicionara ser ella la que manejara la Guardia Nacional.

¿Qué le contestó?

Le dijo: ‘No, es que es un asunto mío’. Pero lamentable el nivel de indignidad, cuando deberían de estar dando ejemplos de rectitud, de moralidad.

Nada más para que sepan que ya no es lo mismo, porque se quedaron en el almanaque.

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