ROBERTO CIENFUEGOS J. (@RoCienfuegos1). Aún es temprano para asegurar que en el Estado de México la suerte electoral está echada. Es cierto, las encuestas revelan una ventaja de entre 15 y 20 puntos para la maestra Delfina Gómez, de Morena y de la Coalición Juntos Hacemos Historia, pero ni siquiera así puede darse por hecho que “La maestra”, como la conocen y llaman en su entorno, sólo debe esperar que pasen los días que faltan, 36 para precisar, a fin de confirmar su triunfo en la vecina entidad. Menos aún después del traspié que sufrió el jueves 20 de abril durante el debate con Alejandra del Moral, postulada por el PRI y la Alianza Va por México.
Si bien los debates tampoco definen un triunfo o una derrota electoral, fue claro que “La maestra Delfina” y su equipo de campaña, buscaron al menos aplazar al viernes 28 de abril el primer cara a cara con Alejandra Del Moral para que la exposición mediática fuera menor el viernes previo al puente por el lunes primero de mayo. Desconozco cuántos puntos de “rating” pudiera arrebatarle Rosalía en el Zócalo de la Ciudad de México al debate. Pero el hecho concreto es que la maestra y su equipo plantearon el diferimiento de ese primer debate. ¿Por qué? Sólo ellos saben los motivos reales.
Es un hecho sin embargo, que la “maestra Delfina” salió raspada en su primer duelo verbal contra Del Moral, quien propinó varios reveses a Gómez, quien lució a ratos desconectada, sin reflejos rápidos y opacada pese a la experiencia que podría esperarse de quien compite por segunda vez a la gubernatura del Estado de México.
La presencia e imagen pública de la maestra tampoco fueron sobresalientes, menos aún si se toma en cuenta que ocupó la titularidad de una Secretaría de Estado como Educación, entre cuyos antecesores descollaron -figúrese usted- figuras como José Vasconcelos, Jaime Torres Bodet y/o Agustín Yáñez, sólo por citar unos cuantos.
Al margen de preferencias partidistas, que poco abonan siempre cuando se trata de entender y explicar la cosa pública, Del Moral, con casi veinte años menos de edad y la experiencia política acumulada, se vio mejor, más articulada y con la enjundia propia de quien quiere hacer. Pero además con un mayor conocimiento, incluso geográfico, e información del Estado que aspira a gobernar.
Un par de datos sobre este debate y la calidad del mismo bastarían para comprobar esto. Sobre el tema de los feminicidios, Delfina dijo que más allá de la justicia en estos casos, lo que se requiere es escuchar a las mujeres. Dudo en grado superlativo que escucharlas, resuelva el drama de un feminicidio. Que Delfina haya incurrido en un error o, peor aún, en el desconocimiento de la geografía del Estado de México, también revela la desconexión con la entidad que por segunda vez aspira a gobernar, por no referir ignorancia. Podría argumentarse en este caso que se fue un simple error, me parece inadmisible.
Un error, ese sí, en el que incurrieron ambas candidatas es que fueron incapaces de articular un discurso suficientemente intenso para emocionar a los electores, y peor aún, sin la ayuda de sus “chuletas”. A ambas les faltó el golpe clave, aun cuando Del Moral lo intentó un par de veces, una al señalar a la maestra por su condena legal por imponer cuotas a trabajadores de Texcoco, cuando fue la titular de ese municipio, y dos cuando la quiso proyectar como una mujer manejable y dócil frente a quienes la mangonean desde el poder.
Falta aún por ver el segundo debate, programado el 18 de mayo próximo. Veremos, pero una cosa es cierta, las encuestas no votan y tampoco hay un resultado escrito en piedra. Ambas tendrán que mejorar sustancialmente y más aún Del Moral, que viene desde atrás, pero con cifras ascendentes.
Las campañas terminarán el 31 de mayo. Así que aún queda tiempo para consolidar una tendencia o romper otra, incluso. Hay poco más de 12 millones de electores en juego. En la pasada elección para la gubernatura, tomaron parte 5,897,137 votantes, una participación del 52.1 por ciento del universo electoral. No hay nada aún para nadie.
@RoCienfuegos1