>> ¿Silvano es del PRD o el PRD es de Silvano?
MARTHA ELBA TORRES MARTÍNEZ (Morelia, Michoacán). La posibilidad de que la alianza opositora gane en las elecciones del 2024, es tan real, que López Obrador está decidido a dejar un país tan devastado y desangrado, que la reconstrucción será tan complicada como peligrosa, por la participación de los tres poderes fácticos que ha encumbrado en su mandato: los militares, el crimen organizado y el fanatismo chairo.
Así que hay que mentalizarnos y prepararnos para todo. En la ruta del bien para todos, no de la confrontación. Que quede claro.
El lunes y martes de esta semana se realizó el foro “Unidad y Gobierno de Coalición”, organizado el colectivo “Unidos” y que integran un titipuchal de organizaciones civiles que han dado vida a la denominada “marea rosa”, defensora de la democracia y derechos ante el autoritarismo presidencial.
El interés de opinión mediático se focalizó más en las y los 13 aspirantes presidenciales que participaron, que en el tema. Entonces no se entendió o se olvidó: Unidos -que no es Claudio X. González- desde un principio estableció que primero la propuesta y después el nombre; a diferencia de la 4T, que primero la marca -Morena-, luego el nombre -cualquiera de las “corcholatas”- y al último la propuesta -que es más de lo mismo-.
El estado de la cuestión: AMLO hará todo lo que tenga que hacer para mantener su presidencialismo omnipotente y omnipresente en la vida nacional.
Así se interpreta su re iniciativa de reforma constitucional sobre la Guardia Nacional, una vez instalado el nuevo Congreso de la Unión y a menos de un mes de terminar en el cargo. Vemos entonces, que ahora sí cuidará las elecciones para diputados federales -recuperar la mayoría calificada que perdió en 2021- y de senadores. En ese escenario, es la catástrofe total, porque ahora sí hace su propia Constitución.
¿Cuál es la ruta de batalla de la “marea Rosa” y oposición partidista? Lo que se trató precisamente en el Foro de “Unidos”: pactar un gobierno de coalición, que no es otra cosa que la construcción de un gran acuerdo entre partidos y el Presidente para garantizar la gobernabilidad democrática.
Esta forma de gobierno esta contemplada en la Constitución del país desde 2014 y López Obrador pudo pactarla en 2018 con la oposición, pero decidió tragarse el pastel solito. Ahí sus fracasadas reformas en materia eléctrica, militarización y muy probablemente electoral, por evidentemente violatoria a la Norma Máxima.
En nueve años, la reforma constitucional para los gobiernos de coalición no se ha reglamentado. La primera iniciativa de Ley la presentó el PRD en 2014 y la última, el PRI, apenas en diciembre pasado. Aquí el tema es que la propuesta de Ley prospere en San Lázaro, lo que se ve difícil, pero de todos modos se puede construir de facto.
México ya debe experimentar esta figura de gobierno que ha sido habitual por décadas, en Alemania, Francia, Italia, Suecia, Finlandia, Noruega, Islandia, Bélgica y Holanda, por ejemplo. Y con todo y los problemas internos que cada país pueda enfrentar, como ahora Francia con la edad para la jubilación, políticos y ciudadanos dialogan, negocian, construyen acuerdos y siguen adelante.
Allá no hay programas sociales que compren votos ni se contratan inútiles para que nada más cobren en los cargos porque son cuates; a los corruptos los corren de ipso facto y los meten a la cárcel; los gobernantes están obligados a dar resultados, a la transparencia y rendición de cuentas. O sea, todo lo opuesto que es AMLO.
Pero para ello, debemos cambiar nuestra cultura democrática; dejar de ponerle precio en moneda, a nuestro voto y dejar de quejarnos de los pinches políticos y gobernantes, porque llegan a los puestos por nuestros, por dejados y por pen…
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Pero puedo escribir que si alguien ha estudiado los gobiernos de coalición, es Silvano Aureoles.
Como diputado y presidente de la Mesa Directiva en 2014, presentó la iniciativa para crear la primera ley reglamentaria de los Gobiernos de Coalición, con el propósito era “dejar en claro cuáles son los compromisos entre los partidos que se asocien y que el programa se convierta en el plan de gobierno. Es importante que esto esté en la ley y que haya compromisos reales, no solamente la palabra”, dijo al exponer ese año en la tribuna de San Lázaro, los motivos del proyecto.
Esta semana, durante el Foro de “Unidos”, retomó la propuesta en el contexto actual bajo tres ejes: método democrático para elegir a la o el candidato de la alianza opositora; reglas para el gobierno de coalición y un bien cuidado y estructurado, programa de Gobierno.
«Ya recorrí todo el país, y en todos lados veo, escucho y coincido, en que los partidos políticos debemos cambiar el rumbo e ir junto con las y los ciudadanos; debemos caminar de la mano con la sociedad civil. Es urgente este llamado, porque lo hemos visto con las inéditas marchas ciudadanas que se han realizado en defensa de nuestra democracia”, dijo en su participación.
Efectivamente. Aureoles inició en julio de 2022 una gira nacional y cerró ese año, con estancias en prácticamente todas las capitales del país. Entendió que si quería ser candidato presidencial primero necesita construir partido y se centró en los 17 estados donde el PRD no tiene registro y ni siquiera una diputación pluri. La gira fue exitosa, reagrupó militancia y levantó ánimos, particularmente en el Edomex y Coahuila, donde hay elecciones en junio próximo.
Pero la puerca torció el rabo, con la injustificable e imperdonable desintegración de la bancada amarilla en la 75 Legislatura local. Por si no lo sabe, cayó de la rechingada en el perredismo michoacano que aún sigue en pie, y que ahora se pregunta: ¿Silvano es del PRD o el PRD es de Silvano?
Creo que le toca al ex gobernador, explicar cómo fue que en 2021, el partido amarillo integró una fracción de cuatro diputadas y un diputado -tres de mayoría y dos de representación proporcional- más una adherida ex Verde, y hoy no hay nada ni nadie. Porque tampoco lo han razonado sensata y políticamente, ni Julieta Gallardo, Mónica Valdés, Lupita Díaz, ni Rocío Beamonte; Fanny Arreola ya no disfraza su promorenismo y Víctor Manríquez ya es Naranja.
Ya están todas y Víctor, en ese mazacote que es la “Representación Parlamentaria” que creció ya a 15 curules con la integración del ex priísta Marco Polo Aguirre, de los petistas Baltazar Gaona y Mayela Salas, la morenista Seyra Alemán, así como Ernesto Núñez y Margarita López, que también dejaron al Verde sin bancada.
Sin duda, una buena jugada del gobernador Ramírez Bedolla, pues cuenta con ocho incondicionales dentro de la “RP” para reventar toda posibilidad de acuerdos; al final de cuentas, las diputadas amarillas ya quedaron sujetas a las decisiones probedollistas y morenistas del coordinador Marco Polo Aguirre.
Pero Silvano va a ser el primero en pagar las consecuencias de su desastrosa decisión: está ya por entrar la revisión de la Cuenta Pública de su último año de ejercicio y ya valió padres la alianza legislativa PRI, PAN y PRD que el año pasado le salvo la aprobación de la Cuenta 2020, por 21 votos. Que de una vez se de por reprobado y ello pesará, indudablemente, en su aspiración presidencial.
La Mesa Política del PRD también se fracturó; aunque fueron más los liderazgos que se opusieron a la desintegración de la bancada y alertaron de las gravísimas consecuencias, Aureoles convenció a las diputadas. Ahora toca reagrupar y coincidir. Si el astro rey no se extingue, que no dejen que suceda al sol azteca.
El estado de las cosas: la ley orgánica del Congreso no establece si después de diluida una fracción puede volver a reagruparse. Sin grupo parlamentario, las perredistas ya perdieron relevante posición: Mónica Valdés fue removida del Comité de Administración y Control.
Para arriba, también hubo estragos. A Jesús Zambrano, ya incómodo por el uso personal que ha venido haciendo SAC con el partido, le cayó muy mal lo sucedido en el Congreso michoacano, porque era innecesarísimo. Antonio Soto, que era de Nueva Izquierda, la corriente de Chucho, en tampoco estuvo de acuerdo y rompió.
Vi la entrevista que concedió Soto Sánchez, ahora al servicio de Ramírez Bedolla, al colega Adán García, de Primera Plana. En un cruce de datos con tres integrantes de la Mesa Política perredista, surgen algunas interpretaciones consistentes:
-Todos sabemos que el PRD hizo a Toño, le dio todo; gubernatura no, porque no dio nunca para eso. Efectivamente -como dijo-, su ciclo se cerró al no ver posibilidad de volver a ser candidato de algo, por lo que migra a Morena como nuevo nicho de oportunidades.
-Cierto, que en una ocasión propuso explorar una posible alianza con el partido guinda, pero su proposición persistente era con Movimiento Ciudadano.
-No reniega de Silvano, por la sencilla razón que le debe mucho: nada más le dio la proveeduría de llantas del gobierno del estado. Para mantenerla, tuvo que tocar puertas y tejer el acercamiento con el gobernador morenista y ofrecerle sus buenos oficios.
-Hoy habla linduras de Bedolla; que le tiene un gran cariño y amistad, que data desde 1996. ¡Ah! ¿Si? ¿Y por qué no se salió del PRD como tantos otros para sumarse a la campaña del 2021?
Lo que sigue sin quedar claro, es el cargo de Toño, si coordinador de asesores o jefe de oficinas sectoriales, área que no establecida en https://directorio.michoacan.gob.mx/dependencia/1/oficinas; la más parecida es la Coordinación de Enlaces Sectoriales, ya ocupada por el corrido de la SCOP, por malos resultados, José Zavala Nolazco.
A esta Coordinación con nueve jefaturas de Unidad Sectorial y dos departamentos de apoyo, le veo más fachada de aviadurías, pues están Arturo Martínez Nateras, Guadalupe Juan Carlos Corona Suazo, Artemio Ortiz, Rodrigo Maldonado López. Pero todo un misterio, la niñera y luego secretaria particular de Raúl Morón (2018-2021) Yoselyn Naomi Santos Ortiz; no hay nada en redes de ella, fotos, amistades; solo que vive en Morelia. ¿No será prestanombres?…