*En materia electoral las pretensiones de limpieza a través del INE se diluirán en el poder de los excesivamente ricos, no necesariamente mexicanos, pues de otra manera no se entiende el compromiso de cancelar el aeropuerto de Texcoco. La respuesta está en las visitas que Larry Fink -presidente y consejero delegado de BlackRock- ha hecho a Andrés Manuel López Obrador
GREGORIO ORTEGA MOLINA. La historia de la humanidad es la del engaño. Su lengua es tan bífida como la de la serpiente, así es por la pereza de no asumir las responsabilidades que corresponden a cada uno, y entregar en la papeleta del sufragio el destino colectivo sin investigar antecedentes, primero, y después sin exigir rendición de cuentas.
Tarde nos damos cuenta de que entregamos nuestro futuro a los mentirosos. Unos más que otros, pero todos los que gobiernan son artífices del engaño, con idénticas connotaciones bíblicas a las enfrentadas por Eva y Adán. El tema es la seducción. Varía de acuerdo a la época, y caduca en el momento en que las pretensiones de los más, definitivamente afectan los intereses de los menos. ¿Quién es el guapo que cobrará a Ricardo Benjamín Salinas Pliego sus adeudos fiscales? Disfraza su voracidad en una falsa filantropía.
Noam Chomsky lo resume en la presentación de Réquiem por el sueño americano. Los diez principios de la concentración de la riqueza y el poder. “La movilidad social es una parte esencial del sueño americano: naces pobre, trabajas mucho y te haces rico. La idea de que es posible encontrar un trabajo decente, compras una casa y un coche, y enviar a los hijos a la universidad… Todo se ha hundido”.
Dicen que la frase es de Carlos Hank González: “Político pobre, pobre político”. Nunca tan cierto como ahora, pues como bien lo advierte Chomsky, acumular riqueza equivale a acumular poder. Ejemplifica con el costo de las elecciones. En materia electoral las pretensiones de limpieza a través del INE se diluirán en el poder de los excesivamente ricos, no necesariamente mexicanos, pues de otra manera no se entiende el compromiso de cancelar el aeropuerto de Texcoco. La respuesta está en las visitas que Larry Fink -presidente y consejero delegado de BlackRock- ha hecho a Andrés Manuel López Obrador.
El objetivo está a la vista. Se trata de administrar la democracia para poner al servicio de las minorías opulentas primero a los pobres, y después a esos aspiracionistas que desearon conservarse como clase media, y cuyas necesidades básicas afectan los niveles de control político y las necesidades de la acumulación de riqueza.
Chomsky rescata para nosotros a Aristóteles y un párrafo del libro III de su Política: “La verdadera distinción entre la democracia y la oligarquía es la pobreza y la riqueza. Donde quiera que los gobernantes, sean minoría o mayoría, deban su poder a la riqueza, habrá una oligarquía. Donde quiera que gobiernen los pobres, habrá una democracia. Pero sucede que aquellos que deben su poder a la riqueza son pocos, mientras que donde gobiernan los pobres son mayoría, pues la riqueza pertenece a pocos, pero la libertad a todos”.
Lo cierto es que descuidamos cumplir con las obligaciones que exige conservar la libertad.
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