CARTAS DESDE CHICAGO/ Pasión y resurrección de Trump

Al tiempo que transcurría la Semana Santa, lo que llamó la atención más que lo espiritual fue la pasión judicial que se le sigue al expresidente de Estados Unidos, Donald Trump

ROGELIO FAZ. En muchas partes del mundo se recordó la Pasión de Cristo, ocasión para reflexionar en lo espiritual, lo moral y, en lo político.

Los ‘poncios pilatos’ contemporáneos expusieron la suerte de Trump por aclamación popular, pues, aunque no lo crea, algo similar le sucedido a Jesús, quien fue condenado más por subversión que por el de sacrilegio, es decir, Jesús fue crucificado a causa de una falta política y no por un delito religioso, aunque motivado por esto último.

Cuando se revuelven pasiones se confunde la objetividad. De hecho, las religiones aprovechan esa coyuntura para su catecismo.

Los detractores de Jesús; el Sanedrín judío, o sea, la autoridad religiosa judía fue quienes lo acoso. Pero quien lo condenó a muerte por una causa diferente fue el imperio romano pues comprometía su autoridad. Pasando por alto lo que conocemos como el debido proceso. No es el caso de Trump, pero si en el ánimo.

Trump el pecador

Guardando las proporciones de los personajes, las causas y los tiempos; las circunstancias tienen algo similar entre el uso de la autoridad y la pasión política.

El ser humano ‘pecador por la gracia de Dios’, cumple con sus obligaciones terrenales como juzgar a quienes violan sus leyes jurídicas y morales, como está sucediendo con Trump, independientemente de su culpabilidad o inocencia.

El mundo pudo ver a Trump durante el ‘Holy Week’ entrar y salir del perentorio donde lo acusan de no cumplir con los mandamientos que rezan: «no robarás»​, «no darás falso testimonio ni mentiras» y «no codiciarás los bienes ajenos», además del juicio moral que dice «no cometerás adulterio», y de ribete por violación sexual.

El abogado del diablo

Parece que Trump lleva todas las de perder, se le apareció el chamuco. Y eso justifica el morbo para querer hacer justicia.

Aparentemente todo indica, y sin pecar de sanedrín judío, hoy día Trump ha violentado las leyes del imperio yanqui. Que protege contra los pecados que muchos ocultamos con golpes de pecho.

Salir en defensa de Trump es hacerle al abogado del diablo, aun así, no falta quien le quiera limpiar el rostro en una de sus caídas. Pero, somos fieles para enjuiciar por una pasión política por una condición religiosa.

Entoncccess, hay que darle de latigazos para que escarmienten los que quieran seguir sus pasos. ¿Me estas oyendo? Ya saben quién.

Resurrección de Trump

Trump de tener un problema de orden público y de ser condenado como Jesús, de seguro va a salir de su tumba política como resurrección que muchos van a seguir con fe que se presta a enajenación.

Desde un punto de vista contemporáneo, el juicio de Jesús puede tener una similitud para una reflexión actual.

[email protected]

www.entresemana.mx

Check Also

CARTAS DESDE CHICAGO/ Independencia de perros y gatos

Ya es común que todo país celebre su independencia en Estados Unidos por ser ‘la …