JUAN CHÁVEZ. Aunque los acuíferos son cosa de la naturaleza y su recarga depende de la buena temporada de precipitaciones, la candidata de Morena Delfina Gómez se comprometió a recargarlos a través de la protección y fortalecimiento de lo que llamó “los bosques de agua”
También propuso crear un programa de captación de agua pluvial, en su mitin de Villa del Carbón.
La cuestión es de singular importancia por la escasez de agua en el estado de México y su compromiso, de llegar a la gobernación de la entidad, de proporcionar el vital líquido a todos los mexiquenses.
Una decisión de tal naturaleza me remitió, en mis recuerdos, a la participación que tuve en la Ley Federal de Aguas, cuando Leandro Rovirosa Wade era secretario de Recursos Hidráulicos en el gobierno de Luis Echeverría.
Guardo, entre las reliquias de mi vida, la tarjeta que me obsequió, bajo su firme, por tal aportación. Aparte, le sugerí traer el agua de los caudalosos ríos del sureste mexicano para aliviar la sed de los habitantes del altiplano mexicano.
“Sí hemos sido capaces de crear la red de oleoductos que cruza el país de norte a sur y de oriente a occidente, porque no construimos una red de ductos, paralela a los oleoductos”, le insistía una y otra vez.
No dependamos, le repetía, del río Lerma (que entonces era fuente de abastecimiento de la CDMX) y de las tres presas que integran el sistema de Cutzamala.
“No es posible, me respondió; el petróleo y gas dejan dinero a la nación, el agua tendría que ser subsidiada con miles de millones de pesos”. Además, se escudaba en los enormes motores que son necesarios para impulsar el agua a las alturas de las comunidades citadinas y de los desiertos del Altiplano.
Tengo una extraordinaria concepción, por ello, del compromiso de la candidata de Morena por su decisión de proporcionar el agua a toda la población mexiquense.
Y es que el problema de la falta de agua, por ser de “urgente atención”, es un punto que califica a Delfina como segura ganadora de la gubernatura de la entidad.
Al presentar el eje de acción “Agua para Todos y Cuidado de la Naturaleza” como parte de su Plan de Gobierno del Bienestar 2023-2029, denominado “Propuestas de Cambio”, la maestra señaló que aún hay tiempo para realizar acciones que atiendan el desabastecimiento de agua en la entidad que al día de hoy afecta al 25 por ciento de la población mexiquense -equivalente a 4.2 millones de personas-.
Antonio Guterres, Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas, ha sido claro y contundente: es preciso instrumentar un audaz plan de acción para el agua, que le conceda al elemento vital de nuestro mundo el compromiso que merece.
En el año 2015 todos los países hicieron la formal promesa de alcanzar en 2030 una serie de Objetivos de Desarrollo Sostenible. El sexto de ellos se propuso garantizar que todos los habitantes de este planeta tengamos acceso a agua limpia para beber y satisfacer todas nuestras necesidades, así como al saneamiento del agua residual que resulta después de que le hemos dado adecuado uso.
Ese derecho humano aún está pendiente de ser satisfecho, y más aún, nos encontramos bastante apartados del camino, de modo que con los datos disponibles actualmente, es posible afirmar que se tiene que trabajar cuatro veces más rápido en promedio para que sea posible hacerlo efectivo en el tiempo propuesto.
Los datos son crudos: La OCDE pronostica que la demanda global de agua se incrementará un 55 por ciento para el año 2050. El 44 por ciento del agua residual proveniente de los hogares se vierte sin haber contado con un tratamiento completo y seguro.
Casi la mitad de la población de todo el planeta, 3.6 mil millones de seres humanos, carece de acceso a un saneamiento adecuado y una de cada cuatro personas, dos billones, carecen de acceso al agua potable.