NI AGUANTAS NADA
–Cuando me maten déjenme junto a la carretera
que me encuentre mi familia
para que me entierren como gente buena.
–La orden fue: no lo maten.
Nomás que la familia pague el rescate.
–Ya les dije que no tengo tanto dinero.
–Los negociadores hacen su trabajo
si la familia no hace las aportaciones
no es culpa nuestra, es otro el cuento.
–Oigo que ya se cumplió un mes
ya les dije todo lo que sé.
En mi familia piensan que ya estoy muerto.
–Pidieron otra prueba de que estás vivo,
contestaste bien, nos creyeron
sin tener que imitar al mochaorejas,
nomás que entreguen la lana.
–No tenemos esa cantidad
se lo dije al que vino a interrogarme
a punta de golpes y mentadas.
–Ni aguantas nada.
Tranquilo, ellos entendieron,
sin denuncia no habrá novedad.
Rafael López Jiménez/ IV – 2023