RODULFO REYES (Tabasco). Por ser su lugar de origen y el territorio del país donde mayor aceptación tiene, Tabasco ilustra mejor que nada que el presidente Andrés Manuel López Obrador ha perdido el control de su propia sucesión: ni su familia ni sus allegados le hacen caso en no cargar los dados hacia alguna de las tres corcholatas que aspiran a la candidatura por Palacio Nacional.
El fin de semana, según dijo José Ramiro López Obrador, rindieron protesta cinco mil militantes de Morena como encargados de los comités de defensa de la cuarta transformación (sic), sin que la directiva formal de Morena avalara dichos nombramientos, desde los cuales se están promoviendo las aspiraciones de la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum Pardo, para la Presidencia y de Javier May Rodríguez, director de Fonatur, para la gubernatura de Tabasco.
Fuera de tiempo y en lo que puede provocar sanciones por parte del Instituto Nacional Electoral (INE), el hermano del primer mandatario ha aceptado que en Tabasco se han adelantado las campañas.
El lunes, un día después de que se anunciara la estructura territorial de Sheinbaum y May, José Ramiro concedió una entrevista, en la cual aseguró que dicho andamiaje es para apoyar a estas “dos personas”, pues “desde que iniciamos decidimos formar una estructura de organización para posicionarlos”.
“En este momento es un asunto interno de Morena, ¿por qué? Porque (en) Morena, lo dicen los estatutos, las candidaturas van a salir a través de las encuestas, ¿entonces qué andamos haciendo nosotros? Organizándonos para posicionar a estos dos compañeros”, aseguró.
El hermano incómodo de AMLO dijo que ya tienen arriba del 95 % de las metas (de contar con operadores en todo el estado), ya andamos muy cerca del 100 %, por lo que el siguiente paso fue “tomarle posesión” (sic) a los compañeros morenistas y de la sociedad civil que apoyan los proyectos.
Es un trabajo de “posicionamiento”, no “trabajo electoral”, aseguró.
Sin embargo, si bien el coordinador de campaña de Sheinbaum y May se ha cuidado de no pedir abiertamente el voto por sus jefes, sí ha dicho en público –y está registrado en los medios– que para que la cuarta transformación del gobierno de su hermano llegue a Tabasco, deben ganar (se entiende que las elecciones) la mandataria capitalina y el responsable del Tren Maya.
En resumen, en la cuna del lopezobradorismo hay un ejército de por lo menos cinco mil morenistas en todo el estado que están posicionando a Claudia Sheinbaum y a Javier May para que salgan arriba en las encuestas que se harían a partir del próximo mes de julio, en un acto que puede ser considerado como un acto anticipado de campaña, pero si técnicamente no hay elementos para ello, sí para considerar como un golpe bajo desde adentro a las otras corcholatas, sobre todo a Adán Augusto López Hernández, secretario de Gobernación, quien, al igual que el Presidente, es oriundo del edén lopezobradorista.
Por eso la pregunta que se hace todo Tabasco es: ¿qué actor político tiene el poder para que familiares y allegados del Presidente no hagan caso a la instrucción de Palacio Nacional de que debe haber piso parejo?
Para su información…
Reducido a nada, con un desolado edificio que 12 años era una romería, el PRI en Tabasco agoniza a causa de inanición: Tiene ya varias semanas que el presidente de este partido, Dagoberto Lara Sedas, no hace actos en público, y solo se sabe que sigue estando al frente de ese moribundo instituto por las publicaciones en sus redes sociales.
El Revolucionario Institucional está en etapa terminal porque la llamada Cuarta transformación lo está asistiendo a bien morir: los laudos laborales que ha ido perdiendo, una mano amiga los está llevando a buen puerto.
Las cuentas bancarias del partido están aseguradas por órdenes de los tribunales en la materia, y la carnicería ha llegado al extremo de que se han intervenido las ministraciones mensuales que le entrega el INE.
Pero lo peor: el aparato legal se ha desviado para que algunas demandas no sean contra el tricolor, sino contra su dirigente estatal, a quien le han intervenido y puesto a remate algunas propiedades por demandas de carácter laboral de ex empleados del partido que son aconsejados que digan que Lara Sedas era el patrón, no el PRI.
Vive, pues, el ex partidazo lo que podrían ser sus exequias, en un momento en que la oposición debería estar al acecho de lo que resulte del agotamiento natural del partido en el poder en todo cierre de administración.