RICARDO SANHER. Si alguien por un segundo pensó que el Presidente de México se iba a quedar cruzado de brazos por el descalabro sufrido con la suspensión del plan B a la ley electoral a manos de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y dejar ir el añorado trofeo que para su gobierno representa el Instituto Nacional Electoral (INE), con miras a los comicios más importantes de los últimos años, no conoce en realidad al tabasqueño.
Si algo bien le han aconsejado sus asesores al Presidente, es la vital importancia de meterle mano al Instituto Nacional Electoral, de una manera o de otra, para “manejar a modo” las próximas elecciones, que representaría la salvación para este gobierno que se ha distinguido como el más corrupto de los últimos años, que no es lo mismo la permanencia de la tan llevada y traída Transformación, aunque nadie sabe en qué sentido es ésta.
Por esto es que no cae de extraño que cuatro de los cinco presuntos aspirantes a integrarse al consejo general del INE estén tan ligados al Movimiento de Regeneración Nacional. De tan obvio es insultante y grotesco que siquiera este escenario se dé, porque ni el Partido Revolucionario Institucional, en su peor época de corrupción, se atrevió a tanto como lo está haciendo el actual partido en el poder.
Revisando los nombres de las candidatas a ocupar las vacantes de los funcionarios del INE que dejarán el cargo y que fueron designadas por el Comité Técnico de Evaluación (CTE) son: Bertha María Alcalde Luján, Guadalupe Álvarez Rascón, Iulisca Zircey Bautista Arreola y Guadalupe Taddei Zavala, quienes están íntimamente ligadas a miembros relevantes de Morena y por esto una integrante del CTE, María Esther Azuela, se manifestó en contra porque asegura que esta identificación con la corriente guinda les restará autonomía e independencia para desempeñar el cargo de consejeras electorales.
Vuelven a sonar huecas las afirmaciones que hace mas de dos años hizo el tabasqueño, en el sentido que en su gobierno no se permitiría el nepotismo, porque “nosotros no somos como ellos”, pero resulta que efectivamente no son como los miembros del PRIAN, al parecer son peores y veremos por qué. Una de las candidatas a ocupar una vacante del consejo general del INE es Guadalupe Taddei Zavala, quien resultó ser prima de Jorge Luis Taddei, superdelegado de Sonora de esta actual administración y tía de Pablo Daniel Taddei, director, desde 2022, de la empresa LitioMX, además sobrina de la diputada local de Morena por Sonora, Ivana Celeste Taddei Arreola.
Otra aspirante y quien además no cuenta con ninguna experiencia del tipo política ni electoral es Bertha Alcalde Luján, pero es hermana de la secretaria del Trabajo y Previsión Social, Luisa María, pequeñísimo detalle.
También está Guadalupe Álvarez Rascón, quien es hija de José Álvarez Lima, ex gobernador de Tlaxcala y senador de Morena por esa entidad.
Otra candidata es Iulisca Zircey Bautista, quien se desempeña como asesora del consejero electoral Jaime Rivera y además está casada con Daniel Octavio Fajardo, subsecretario de la Sedatu.
Además que en otras quintetas están personajes como Netzaí Sandoval Ballesteros, hermano de Irma Eréndira, ex titular de la Secretaría de la Función Pública (SFP), y Víctor Humberto Mejía Naranjo, consejero electoral en el Instituto Electoral de Participación Ciudadana de Tabasco, gente muy cercana a Adán Augusto López, titular de la Secretaría de Gobernación.
Total que estos morenistas de cualquier modo quieren hincarle el diente al INE, porque de sobra saben que lo que está en juego este año y el siguiente es su tabla de salvación y no sólo por la consecución de su proyecto, que dicho sea de paso se ha quedado en eso, proyecto, sino por cubrir toda la sarta de corrupción que ahora sí con todo descaro ha encubierto el inquilino de Palacio. Espero esto empiece a cambiar desde este 2023 y que estos buenos deseos no se queden en sueños guajiros.