HISTORIAS EN EL METRO/ Parece adrede

Ricardo Burgos Orozco

Ciudad de México, 20 de marzo (entresemana.mx). Hace unos días llegué a la estación Mixcoac. Para variar, lo que ha pasado en las últimas semanas, había retraso de trenes y por consiguiente había saturación de personas en los andenes esperando el tren. Conté 12 minutos hasta que llegó el transporte. La gente volteaba a verse con cara de desesperación y hasta eso no fueron mucho tiempo de espera porque hay ocasiones que pasan 30 minutos y nada.

A la llegada del tren todos nos fuimos acercando a las puertas. Yo estaba detrás de una chica joven, de mediana estatura y ella, a su vez, estaba cerca de una señora de edad. Esperamos que saliera la gente, pero empezó a sonar la alerta de cierre; en ese momento le comenté a la joven que subiera de prisa para que pudiéramos subir; ella me volteó a ver molesta y me recriminó que la había empujado, que nunca sucedió.

En lugar de confrontarla, ya adentro del vagón, preferí mejor explicarle con mucha paciencia para que fuera a violentarse y me pudiera acusar. Le dije que si no avanzamos rápido al interior del tren, nos deja y hay que esperar el siguiente y ni modo que esperemos un transporte vacío en horas pico. Me sorprendió que ella medio la razón; me explicó que no pudo ingresar más rápido al vagón porque tenía a dos señoras adelante.

Cada vez es más frecuente la saturación de gente en los andenes de todas las líneas. La gente se queja de que no ha habido un mantenimiento adecuado y justifican todos los problemas a consecuencia de ello. Apenas hace dos días, hubo una suspensión del servicio en la Línea 12, que acaban de reinaugurar. Yo iba con dirección a Zapata desde Mixcoac, pero en Insurgentes preferí bajarme y caminar después de 15 minutos parados y cada vez más apretados.

Sin embargo, las autoridades señalan que los retrasos en los trenes se deben principalmente por las mismas aglomeraciones, pero quienes viajamos diario por diferentes estaciones hemos observado que eso sucede a todas horas, incluso los domingos cuando el número de usuarios disminuye significativamente.

Otras de las razones, dicen, es cuando la gente arroja objetos a las vías, ya sea de manera intencional o por accidente. También en el caso de que una persona caiga a la zona energizada. Eso provoca, por supuesto, mucho retraso, aunque le he preguntado a algunos usuarios al respecto y me comentan que es desafortunado un accidente de ese tipo, pero les provoca más molestia que pena.

En las últimas semanas a habido diversos accidentes en varias líneas como el ocurrido el 5 de febrero de este año en la Línea 6, que va de Martín Carrera a Lindavista, cuando el servicio fue suspendido durante cinco horas a consecuencia por un corto circuito que provocó una densa nube en la estación La Villa Basílica.

A final de cuentas, diario se presentan en las 12 líneas del Metro incendios, fallas en el servicio, mala operación y hasta conductores ebrios. Los seis millones de usuarios lo padecemos y muchos pensamos que parece adrede para fastidiarnos a los capitalinos.

Pese a todo estamos conscientes que el Sistema de Transporte Colectivo sigue siendo el transporte más rápido en esta gran ciudad…siempre y cuando no se detenga.

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