ROBERTO CIENFUEGOS J. (@RoCienfuegos1). Con todo respeto, como suele decir el presidente Andrés Manuel López Obrador, asombra cuando no indigna que haya personas camaleónicas, cuyas trayectorias desdicen de sí mismas con tal de conseguir el poder, y la rentabilidad asociada a éste. Es interesante que lo consiguen por la rara “virtud” que tienen y ejercen a plenitud del camuflaje.
Vayamos al grano. La doctora Gisela Lara Saldaña, una panista desde 1999, ha tenido la habilidad o quién sabe qué artes más, para colarse hasta las entrañas de Morena y/o la Cuarta Transformación, que la tiene como titular del IMSS-Bienestar.
Esto aun cuando muchos en Ciudad Mante la recuerdan por sus deudas –imagínese usted- con la panificadora Tamatán, donde se fue sin saldar las roscas de reyes cuando fue diputada plurinominal panista. De igual forma la recuerdan los trabajadores de las oficinas de gestoría que tuvo en esa ciudad tamaulipeca por las demandas laborales pendientes, sin olvidar que quien la dejó en el IMSS fue nada menos que el senador Germán Martínez Cázares.
Y como panista, la hija de Lara Saldaña se desempeña –vaya usted a ver- como secretaria Privada de la diputada Margarita Zavala. Así que entre Morena y el PAN, madre e hija se despachan con la cuchara grande.
Es claro que sin importar su militancia panista, Lara Saldaña sirve y cosecha frutos jugosos del gobierno de la 4T, aun cuando sus nexos con el matrimonio Calderón-Zavala y en especial con la ex primera dama albiazul, también le reditúan beneficios pecuniarios. Vaya forma de camuflaje.
La lealtad de Lara Saldaña es con doña Margarita desde hace años. También con el ex presidente, a quien informa oportuna y detalladamente los movimientos, circunstancias y cuanto resulte de interés sobre el hoy inquilino de Palacio Nacional. No hay duda que Lara Saldaña es una mujer hábil pues sirve en apariencia a dos amos, pero consiente sólo a uno.
Quizá por ello los morenos la juzgan una espía de los conservadores, que le dieron una diputación federal, plurinominal claro.
Se sabe que Lara Saldaña llegó a la titularidad del IMSS-Bienestar de la mano del senador Martínez Cázares, sí, otro personaje hábil del panismo tradicional que supo congraciarse con el presidente, llegar a la titularidad del IMSS y renunciar cuando le fue oportuno.
El sucesor de Martínez Cázares, Zoe Robledo, mantiene a Lara Saldaña en su cargo, sin que le cause el mínimo escozor, duda o inquietud.
La habilidad de Lara Saldaña también la comparte con su esposo, Eutimio Caballero Silva, quien ejerció a buen recaudo una jefatura en la Oficina Fiscal de Tula, Tamaulipas y ha aspirado a la presidencia de ese municipio bajo las siglas del PAN. Caballero Silva ya fue regidor del ayuntamiento de Tula. Así que es probable que en sus aspiraciones cuente con el respaldo de Lara Saldaña, su esposa, cuyo patrimonio ha crecido y no poco aun en tiempos de la austeridad republicana.
El caso de Lara Saldaña contrasta sin duda con la prédica presidencial de honestidad y lealtad a toda prueba. Uno sólo se pregunta pues ¿cómo le hacen?
@RoCienfuegos1