VIOLETA DEL ANÁHUAC/ Contra-marcha o ¿contra pueblo?

ISABEL ORTEGA MORALES (Guerrero). Hace años escuché decir de un político que no tenía enemigos, pero que su mente no funcionaba sin ellos por lo tanto los creaba y los combatía. Ello me hizo observarlo en su desarrollo como político y como funcionario público. Vi como privilegiaba solo a sus conocidos y conocidas, pero también como perseguía a “sus enemigos” que no entendían, algunos, el porqué de esa actitud, que no me tocaba a mi decirlo.

Una de las facetas de nuestro Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, está en su expresión “quien no está conmigo está contra mi”. Lo que me llevó a relacionarlo con el personaje en cuestión.

La inquietud de nuestro Presidente con la que se siente perseguido y tildar acciones ciudadanas que no acompañen un reconocimiento a su persona, raya en la obsesión, y cuando eso sucede se pierde claridad y se pierde el rumbo.

En ocasión de la expropiación petrolera, y tras descalificar a un valiente Cuauhtémoc Cárdenas Solorzano, por la simple mención de su nombre en un documento que lo conmina a realizar bien su trabajo al frente del Poder Ejecutivo, ha convocado a una mega marcha que ha sido considerada como contra – marcha, tras las dos recientes: Ciudadanía rechazando nuevamente reformas al INE, y la de las Mujeres.

Cuál será la diferencia? Que por supuesto nadie duda de que se llene lo que tenga que llenase, zócalo, reforma, etc., porque si algo sabe nuestro Presidente es cómo movilizar al pueblo. El asunto es ¿Qué sucede cuando hay un autoengaño? Cuando sabe que la movilización no tendrá una iniciativa espontánea, que no viene un apoyo sin apoyo, que se mostrará el poder de gobernar el país?

Que es un contra pueblo. El mismo pueblo que agradece los apoyos sociales y ha sido invitado a ser congruente con el agradecimiento a la mano que se extiende para brindarlo y no al gobierno.

Que no será de unión para la sociedad mexicana y que no será de beneficio para la misma. Pero si para él.

Quien se alimenta de adrenalina la necesita para poder avanzar.

Y a nuestro Presidente le ha quedado una sensación de abandono, de que el tiempo no jugó a su favor, por ello busca jugar con el tiempo político para seguir siendo él.

La contra marcha es su recurso antes del proceso electoral de Coahuila y del Estado de México para refrescar la memoria de los votantes, y un preámbulo para el 2024 que le ayudará a seguir con el control del tablero para la sucesión. Está solo, pero lo grave es que se siente solo y se le adelanta la nostalgia del tiempo por venir.

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