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JUAN CHÁVEZ. “Primero Europa”, predijo Franklin D. Roosevelt, el presidente 32 de Estados Unidos, al tomar la decisión de declarar la guerra a Alemania e Italia. Antes, la había declarado a Japón en respuesta al bombardeo inesperado de Pearl Harbor.
Estados Unidos entró a la Segunda Guerra Mundial 2 años después de que la iniciara Hitler con la invasión de Polonia y con Roosevelt haciendo trío con el británico Winston Churchill y el francés Charles De Gaulle, derrotaron al Eje en 1945.
Ahora, Joe Biden, el mandatario actual de la Unión Norteamericana, prende al mundo con la sorpresiva visita al frente de la guerra de invasión rusa a Ucrania este lunes, dos días antes que se cumpla un año de la conflagración.
Ahí, Biden expuso a Zelensky en Kiev sus razones para visitar la capital ucraniana cuando la guerra entra en su segundo año.
“Pensé que era fundamental que no hubiera ninguna duda, ninguna en absoluto, sobre el apoyo de Estados Unidos a Ucrania en la guerra”, dijo Biden. “El pueblo ucraniano ha dado un paso al frente de una manera que pocas personas lo han hecho en el pasado”, agregó.
La visita de Biden llega en un momento crítico en el conflicto de 12 meses, con Rusia preparándose para una esperada ofensiva de primavera y Ucrania esperando retomar territorio pronto.
Estados Unidos y otras naciones occidentales han estado enviando armas, tanques y municiones a Ucrania con la esperanza de cambiar la trayectoria de la guerra.
Al visitarlo en persona, Biden está ofreciendo una imagen singular del apoyo estadounidense al presidente Zelensky, quien pasó el último año intentando reunir al mundo detrás de su país natal y pidiendo mayores niveles de asistencia.
La visita al frente de guerra resulta importante clave y un ultimátum, ha considerado la prensa.
El presidente de Estados Unidos Joe Biden estará de visita en Polonia. ¿Una visita de cortesía? Por supuesto que no. Se reunirá con los integrantes del grupo llamado los Nueve de Bucarest, que está integrado por Bulgaria, República Checa, Estonia, Polonia, Hungría, Estonia, Letonia, Lituania, Rumania y Eslovaquia, qué son países aliados de la Organización del Atlántico Norte (OTAN) que se ubican geográficamente en la primera línea de defensa colectiva en el conflicto en Ucrania.
El mandatario estadounidense llegó antes -24 de febrero- del primer aniversario del inicio de las hostilidades rusas en su intento por invadir Ucrania. Un conflicto que se ha significado por ser la primera guerra en el continente europeo, 77 años después de la terminación de la Segunda Guerra Mundial.
La presencia del presidente Biden en tan significativa fecha y después de apoyar desmedidamente a Ucrania, no es otra cosa que la demostración de la profunda preocupación de Estados Unidos por el conflicto que se ha desatado y definitivamente dejar una advertencia en el mismo frente de batalla que “el apoyo -a Ucrania- es inquebrantable”, según dijera John Kirby, el portavoz del Consejo de Seguridad de la Casa Blanca, durante el fin de semana.
De acuerdo con The New York Times, “no hay que ser alarmistas, pero tampoco ingenuos: aunque aspiramos a que termine de inmediato, esta guerra podría ser el principio de una destrucción en Europa”, y posiblemente de un conflicto de otras dimensiones.
Hace apenas dos meses una investigación de Naciones Unidas había concluido que las tropas del Kremlin “de forma sistemática” han cometido acciones “bárbaras e inhumanas”.
Al cumplir un año de las hostilidades en Ucrania, el apoyo del bloque Estados Unidos junto con el resto de miembros de la OTAN ha sido incondicional. Y si al principio se pensó que sería un conflicto que no se prolongaría, se ha extendido, pero a la vez el invasor -Rusia- se ha debilitado, lo que ha resultado una sorpresa para los mismos rusos, quienes han visto disminuidos su potencial en arsenal y personal militar para llevar a cabo una operación de esa envergadura. Sin embargo, a pesar del mal cálculo del Kremlin, tienen la capacidad para continuar dañando a la población civil.
De acuerdo con datos oficiales, los muertos civiles llegan casi a 6,000, entre ellos casi 400 niños. Los heridos casi llegan a ocho mil, mientras que los militares -ucranianos y rusos -muertos o heridos se contabilizan en alrededor de los 280 mil.
Según Philip Wasielewski, del programa Eurasia del Instituto de Investigación de Política Exterior, las tropas rusas no están adecuadamente preparadas. “Si Rusia decide lanzar una gran ofensiva, con estos soldados mal entrenados, mal dirigidos y mal equipados con un apoyo de artillería limitado, corre el riesgo de un gran número de bajas, pérdida de control y unidades que se retiran o se separan”.
Lo delicado de la situación que ha surgido en las últimas horas, es que la alianza entre Rusia y China se ha consolidado. El domingo el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken advirtió en una entrevista con la cadena de televisión CBS, que China está estudiando la posibilidad de suministrar armamento y municiones a Rusia, lo que pudiera provocar «graves consecuencias» -dijo el funcionario- en el ambiente internacional, cuando Washington no solo tendría que lidiar con los desplantes de Moscú, sino también con la riesgosa participación de Pekín.
Y es precisamente la intención de la visita clave de esta semana del presidente Biden al acercarse a la zona bélica; es el ponerse prácticamente ‘cara a cara’ frente al invasor, aprovechar el descontrol ruso, reforzar las alianzas con los países involucrados en la órbita del conflicto para dar la voz de mando en persona, enviar un ultimátum para que el conflicto no escale a otros riesgosos niveles y por supuesto evitar que la pugna continúe provocando la muerte de miles de inocentes que forman parte de un país que sólo busca consolidar su futuro fuera de los tentáculos del Kremlin.
Roosevelt, presidente demócrata reelegido en las elecciones de 1940, se convirtió así en el único presidente estadounidense en servir más de dos mandatos. Estuvo 4 periodos en la Casa Blanca por superar la crisis económica de 1938 y su participación en la Segunda Guerra Mundial, luego de que Estados Unidos se había declarado neutral.
