DULCE MARÍA SAURI RIANCHO* (SemMéxico, Mérida, Yucatán). Las “corcholatas” de Morena siguen avanzando hacia 2024. El presidente de su partido dio a conocer un calendario que culminará el 2 de diciembre de este año con el anuncio de la candidatura a favor de algún/a de los cuatro que ahora participan en la carrera.
El “tetrapack” morenista está listo, visibilizado ampliamente sin que los ordenamientos legales contengan su proselitismo, envueltos en la bandera de la promoción de sus respectivas funciones como jefa de Gobierno de Ciudad de México, secretarios de Gobernación y Relaciones Exteriores o presidente de la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Senadores.
A ell@s no les preocupa el programa ni las propuestas a presentar. Consideran que la mayoría está “A gusto” con el gobierno del presidente López Obrador, por lo cual solo plantean mantener o profundizar sus políticas.
Al oficialismo solo le interesan sus aspirantes y a sus líderes, estar atentos a la manifestación presidencial sobre el/la elegida. Selección que será convenientemente legitimada por una encuesta “a modo” de la voluntad del presidente López Obrador.
Otras muy distintas son las circunstancias de las oposiciones. Utilizo el plural para distinguir a los partidos coaligados en la alianza Va x México, a Movimiento Ciudadano, y muy especialmente, a las distintas organizaciones de la sociedad civil que han expresado su determinación de coadyuvar en la construcción de un futuro distinto para nuestro país.
La alternativa opositora requiere de un proyecto político amplio e incluyente pero, sobre todo, que perfile opciones de salida a los fenómenos de inseguridad y pobreza que estamos viviendo. Ha habido avances, sin duda, entre los que destaca la presentación reciente de “Punto de partida”, documento elaborado por un grupo de ciudadan@s de trayectorias políticas variopintas, sumados en Mexicolectivo.
La ausencia del ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas en el evento inaugural -interesadamente destacada en varias mañaneras- deslavó de alguna manera este importante esfuerzo para dar contenido y rumbo a un proyecto alterno al dominante.
Queda poco tiempo, pero suficiente para trazar las grandes coincidencias que se han manifestado en torno a temas cruciales en que las propuestas opositoras pueden asentar las diferencias con el actual gobierno.
Desde mi perspectiva, urge trazar la siguiente parte de la estrategia, que consiste fundamentalmente en “encarnar” las propuestas alternas en mujeres y hombres con posibilidades de ser candidata/o a la presidencia de la república. Ellas y ellos tienen que ser conocidos y reconocidos por la ciudadanía de todo el país en un periodo muy breve, con recursos limitados y con el hostigamiento del gobierno morenista tratando de minimizar o descarrilar cualquier posible perfil que les represente alguna amenaza a su intención de ganar en 2024.
No está fácil, pero es posible. Sociedad civil y partidos se comprometerían a elaborar una selección de personas, militantes o no de los partidos convocantes, para comenzar una serie de presentaciones-debates sobre las distintas propuestas para conducir al pueblo mexicano por una senda diferente, más justa y sostenible. Partamos de que la mayoría de quienes se han autonombrado aspirantes a la candidatura presidencial tienen plataformas políticas mucho más reducidas que las “corcholatas” morenistas.
Hasta el momento, no ha habido aportación de nombres por parte de las organizaciones sociales que participan en el esfuerzo opositor: ya es momento de que lo hagan.
Pensémoslo como una “puesta en escena”: debates respetuosos e intensos, con formatos novedosos, protagonizados por personajes que aspiran a la candidatura presidencial y que le manifiestan a la ciudadanía razones y argumentos para considerarlo/as.
La legislación electoral impide manifestar abiertamente la pretensión de lograr una candidatura en este periodo, pero nada impide la realización de debates entre distintos personajes a cargo de alguno de los colectivos actualmente conformados, como Unid@s o el propio Mexicolectivo, por ejemplo.
La sola discusión de propuestas, con visión y argumentos, contrastaría con la pobreza impuesta por el hacedor de la candidatura oficial a las denominadas “corcholatas”, asumida de manera sumisa por tres de éstas.
Después de un recorrido por las principales ciudades del país y con un fuerte apoyo de divulgación a través de las redes sociales, las y los posibles candidatos serían conocidos para, entonces sí, ser medid@s en elecciones primarias, asambleas, o con el método más adecuado para lograr cumplir el propósito de una candidatura opositora competitiva.
La segunda parte de esta estrategia vendría después del registro de la candidatura presidencial que, esperamos, presenten las oposiciones unidas a finales de marzo del próximo año. Tiene que ver con el compromiso formal de integrar un gobierno de coalición que, de acuerdo con el artículo 76, f. II de la Constitución, compromete a los y las firmantes mediante un convenio y un programa aprobado por el Senado, a nombrar a las y los secretarios del gabinete presidencial, excepto a los de Defensa Nacional, Marina, Relaciones Exteriores y Función Pública.
Hacer la campaña con la propuesta de gabinete no sería una novedad, así la realizó el actual presidente; pero para las oposiciones sería la muestra palpable de un compromiso social y multipartidista que se consumaría en el momento de ganar la presidencia de la república. Recordemos que es una facultad exclusiva del Ejecutivo federal decidir si activa o no un gobierno de coalición (art. 89, f. XVII); así se comprometería de cara a l@s votantes, no habría marcha atrás.
Urge reforzar y coordinar el esfuerzo personal que vario/as aspirantes opositores están realizando de manera aislada. Agregar nuevas opciones, agruparlo, sistematizarlo, lanzarlo a nuevos espacios y grupos y fortalecerlo. Darse a conocer, a pesar de las dificultades que rodea a toda acción opositora al actual gobierno, es tarea imprescindible.
Como escribió Jesús Silva Herzog esta semana: “el proceso es la sustancia”. Y la posibilidad de triunfo también.
Recordatorio. Domingo 26 de febrero, 11:00 horas. En Mérida, en el Monumento a la Patria (Bandera). En defensa de la democracia y del voto. ¿Ahí nos vemos?
*Licenciada en Sociología con doctorado en Historia. Exgobernadora de Yucatán