Este amoroso tormento que en mi
corazón se ve, sé que lo siento,
y no sé la causa por qué lo siento.
Sor Juana Inés de la Cruz
ARTURO SUÁREZ RAMÍREZ (@arturosuarez). Qué contrastes se vivieron en la ceremonia de aniversario de la Constitución en la ciudad de Querétaro, una guerra de mensajes verbales y no verbales de los asistentes y obviamente tiene que ver la crispación y táctica política de golpeteo que todos los días y sin fallar lanza el presidente de la República desde Palacio Nacional, desde su púlpito mañanero enjuicia, perdona, llama adversarios y desconoce a quienes le tendieron la mano, los que fueron sus mentores como el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo, cuando hay respuesta inmediatamente sueltan a sus jaurías rabiosas para hacer el trabajo de defender a su caudillo.
Así en la cuna de la Carta Magna estuvieron los representantes de los tres Poderes de la Unión, por eso somos una República, aunque nuestro sistema partidista ha privilegiado al Ejecutivo. López Obrador al principio de su sexenio fue un presidente muy poderoso, pero fue perdiendo aire y se entrampó en su politiquería barata que ya le pasa la factura, perdió el respeto, aunque sigue teniendo su poderío malgastó gran parte de su capital político de los 30 millones que votaron por él. El que ha atropellado a las Constitución y lanza frasecillas que serán recordadas “no me vengan con el cuento de que la Ley es la Ley”, recibió varios mensajes en los oradores que participaron en dicho evento.
Gran coraje hizo el vocero presidencial Jesús Ramírez Cuevas, porque la presidenta de la SCJN la ministra Norma Piña no se puso de pie para recibir al presidente de la República, incluso lo posteó en sus redes sociales, así lo manda el protocolo sobre la investidura presidencial, esa misma que dice el Pejelagarto no querer manchar recibiendo a madres buscadoras, papás de niños con cáncer, pero cotidianamente utiliza el insulto que disfraza en su derecho de réplica. A estas alturas del sexenio López contaba que tendría una SCJN a modo, lo que no ganara con los votos en las cámaras que se lo diera la Corte, pero no le resultó con su “corcholata” Yasmín Esquivel. Así la ministra Piña defendió la autonomía y división de poderes, pintó su raya con López que no con el Ejecutivo pues no pueden romper los puentes de comunicación.
López respondió con la misma moneda, cuando se levantaron para aplaudir a Norma Piña, López se quedó sentado, no podía esconder su cara de enfado. Ya en la mañanera del lunes pasado, López dijo que, «me llena de orgullo que Piña no se levantara» y se aventó un largo recuento de corrupción, sus frases hechas de los conservadores, del racismo y del clasismo. Pero insisto estimado lector, “la forma es fondo”, más allá de los desaires y si se levantaron o no, la realidad es que por ahora no le van a permitir a los López meter las manos en la SCJN y eso evidentemente los tiene muy enchilados.
Esos no fueron los únicos cruces que se dieron, de entrada, el gobernador del estado Mauricio Kuri González quien sabía que era su oportunidad para mostrarse porque quiere ser candidato de Va por México, así le recetó al Pejelagarto un llamado a que nadie esté por encima de la Constitución, ni con atajos legislativos, ni con planes que pudieran violentarla en clara alusión a los presentes. Mientras que al presidente del Congreso el diputado Santiago Creel Miranda lo relegaron a una esquina lejos del presidente, lo mismo que a la ministra Norma Piña, López prefirió estar junto a su secretario de gobernación y a su gabinete militar.
Que no nos digan que las formas de esa ceremonia son poca cosa, nos muestran claramente el distanciamiento entre poderes, no manejan a la SCJN porque no pudieron, no porque no lo hayan intentado, solo les queda la narrativa de su humanismo y que son diferentes, las formas desnudan el fondo… pero mejor ahí la dejamos.
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Hasta la próxima.