>> Ceremonia con escolta militar dividió al Congreso de la Unión
>> Califican a la Escolta con Bandera de Guerra como “cualquier persona armada”
>> Tan simple como invitar a escolta deportiva, de la UNAM, del Poli o Pentathlón
MARIO DÍAZ (El Diario de Matamoros) H. Matamoros, Tamaulipas. Como si en la agenda legislativa no hubiera temas de mayor relevancia, el pleno del Congreso de la Unión se enfrascó en un debate estéril asociado con la participación de la escolta armada del Ejército Mexicano, el pasado miércoles, en el inicio del nuevo período de sesiones.
La bancada morenista intercambió calificativos con el bloque opositor legislativo y, además, solicitó la destitución del presidente de la Mesa Directiva en San Lázaro, SANTIAGO CREEL MIRANDA, por autorizar la ceremonia de honores a la bandera en el vestíbulo del recinto y entonar el himno nacional en el salón de plenos.
Los diputados y senadores oficialistas consideraban que los honores al lábaro patrio y entonación del himno nacional mexicano deberían realizarse en el interior del recinto legislativo, mientras que los representantes populares opositores argumentaban que el protocolo oficial no permitía el ingreso de la escolta armada al salón de plenos.
Cierto es que ambos criterios encontrados tienen su propio sustento y lectura, pero que, al final de cuentas, exhiben la calidad y postura de los integrantes del parlamento azteca.
Y, en efecto, el artículo 25 del Reglamento de la Cámara establece claramente que está prohibida la entrada al recinto legislativo a toda persona armada y que de ser así el presidente de la Mesa Directiva ordenará el retiro por los medios que estime convenientes y que se dará vista a las autoridades competentes.
Pero ¿realmente la categoría de “cualquier persona armada” podría etiquetarse a la Escolta con Bandera de Guerra del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos con todo y sus fusiles de asalto FX-05 bautizados como Xiuhcóatl o Serpiente de fuego?
Cabe señalar que el Reglamento de Ceremonial Militar precisa que la Bandera de Guerra de las Unidades del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos es custodiada permanentemente por personal militar armado como símbolo máximo de respeto e identidad nacional.
Luego entonces ¿es justificable que diputados y senadores del bloque opositor en el Congreso de la Unión consideren a la Escolta con Bandera de Guerra como “cualquier persona armada”, tal y como lo establece el Reglamento de la Cámara?
Al respecto, la postura de CREEL MIRANDA se circunscribe a no permitir personas armadas, así sean del Ejército, en el salón de sesiones y que no hay un solo argumento para violar la ley.
Oficialmente, la Secretaría de la Defensa Nacional informó que en coordinación previa con representantes del área de Protocolo de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados se determinó que los Honores a la Bandera fuera en el vestíbulo del recinto y la entonación del Himno Nacional Mexicano en el salón de plenos con la Banda de Música, cuyos integrantes por la naturaleza de sus funciones no portan armas.
Hasta ahí, entendibles las posiciones de la bancada oficialista morenista, el bloque opositor en el Congreso de la Unión y el criterio de la SEDENA respecto al acto protocolario en el inicio del segundo período de sesiones de la LXV Legislatura en el Congreso de la Unión.
Desde una perspectiva que pretende ser objetiva, ecuánime, alejada del debate estéril y, sobre todo, con ausencia total de epítetos y descalificativos como los que salieron a relucir el pasado miércoles que solo exhiben a los integrantes del parlamento mexicano sería conveniente analizar otras opciones.
Tan simple como solicitar la escolta del Comité Olímpico Mexicano, de la Universidad Autónoma de México (UNAM), del Instituto Politécnico Nacional (IPI) o del Pentathlón Militarizado, por citar algunos ejemplos, para rendir los honores al Lábaro Patrio, e invitar a la Banda de Música del Ejército y la Fuerza Aérea para entonar al Himno Nacional Mexicano y evitar incidentes como los descritos.
Aunque, eso sí, lo ideal sería que los legisladores se pusieran de acuerdo para reformar leyes y reglamentos cuya interpretación etiqueta como “cualquier persona armada” a los integrantes de la Escolta con Bandera de Guerra del Ejército y Fuerza Aérea.
Eso de realizar los honores a la bandera en el vestíbulo del recinto legislativo y entonar el himno nacional en el salón de plenos rompe una logística del ceremonial cívico que luego se confunde como un desprecio a los símbolos y homenajes patrios.
DESDE EL BALCÓN:
I.-En temas más amables, con éxito se llevó a cabo la ceremonia de la primera edición del Premio Colibrí de Oro por parte de Arcano Radio y Capítulo Chiapas del CPP, que preside el periodista, poeta y escritor MARIO LUIS ALTÚZAR SUÁREZ.
Recibieron el preciado galardón el Doctor en Derecho ALFONSO JAIME MARTÍNEZ LAZCANO, el filántropo doctor FREEDY VASALLO ESPINOSA, la voz chiapaneca JOAQUÍN GUITIÉRREZ NIÑO, el periodista y poeta FRANCISCO JAVIER FIGUEROA NIÑO, el dignificador de la palabra mexicana VÍCTOR MANUEL CRUZ ROQUE, el dignificador del periodismo DANIEL FLORES MENESES, el ejemplo de ejercer la opinión libre ROGER LAID RAMÍREZ y ARTURO ZÁRATE VITE por su integridad periodística.
Felicidades a organizadores y galardonados.
Y hasta la próxima.