ROGELIO HERNÁNDEZ LÓPEZ (SemMéxico, Ciudad de México). Gerardo Albarrán de Alba, el periodista director del sitio web Sala de prensa, es una especie de gambusino de investigaciones inteligentes sobre esta profesión y las comparte. Hace días circuló 53 predicciones de reporteros/as, editores/as y analistas del mundo sobre lo que pasará en el periodismo en 2023. Esos pronósticos fueron reunidos por la Fundación Nieman, que tiene como misión promover y elevar los estándares de esta actividad de interés público.
Cada una de las 53 predicciones tiene implícita o explícitamente diagnósticos de las crisis del periodismo que son comunes en los países de democracia representativa. La lectura de las 50 páginas confirma que la mayoría de esos males también ocurren en México.
De las tendencias de solución, que observan las y los expertos, tres parecen las más lógicas para México y que beneficiarían a los sectores amplios de la sociedad: rescatar las bases del periodismo responsable para disminuir las campañas de odio; incentivar las alianzas de medios pequeños de información hiperlocal; abrir el financiamiento público a periodistas independientes y a empresas de prensa no lucrativas.
Dolencias compartidas
Después de los años más difíciles para el periodismo en el mundo por la pandemia, el 2023 se antoja aun frágil para la mayoría de medios y periodistas. De los padecimientos comunes que resaltan las 53 participaciones, en México se observa la mayoría:
– Desapego social a los medios convencionales y a sus paquetes combinados que ofrecían (información, servicios, orientación, opinión y análisis) porque mucha gente, en especial los jóvenes, recibe todo o lo busca por internet, pero gratis y fragmentado.
– Prosigue la tendencia de disminución de medios impresos y sus grosores por los altos costos de impresión y caídas de rentabilidad.
– Salvo excepciones de grandes corporativos multimedia, prolifera la búsqueda de modelos alternativos de negocios de periodismo, pero se insiste en privilegiar, con miopía, el rendimiento capitalista de empresa, en lugar de observar lo que interesa a los públicos amplios.
– Se atiza la polarización política en todo el mundo; en México se refleja en la disputa por la agenda pública entre gobernantes y opositores.
– Apego desmesurado de medios convencionales a las posiciones de sectores conservadores y/o ultraderechistas.
– Aumento de la desconfianza a los medios tradicionales de gran parte de los públicos.
– Supremacía de los gigantes tecnológicos que no verifican la veracidad de la información y permiten el uso de sus plataformas de redes sociales como espacios de batallas por el poder con discursos de odio.
Augurios en general
“No es una predicción sorprendente o novedosa decir que las muchas crisis que afligen al periodismo seguirán empeorando. El capital privado continuará picoteando los cadáveres de los periódicos que alguna vez fueron vitales. La diversidad seguirá siendo un gran desafío en las salas de redacción que cuentan predominantemente con graduados de las mismas universidades. La confianza en la información tratada seriamente seguirá siendo muy reñida, si es que continúa existiendo” se lee en una de las intervenciones.
Y a lo largo de los textos se prevé para 2023 que:
– “… será el año en que las y los periodistas, verificadores de hechos, correctores de estilo, productores y todos los demás en la sala de redacción se unirán en masa para exigir, y ganar, cambios reales en su lugar de trabajo”.
– Los periodistas se volverán aún más esenciales para la sociedad a medida que la Inteligencia Artificial (IA) ingrese a la corriente principal.
– Seguirá el debate y la práctica de comenzar a escuchar y atender a las comunidades, o sea a seguidores/as, oyentes, espectadores/as y lectores/as, poniéndolos en el centro del periodismo que se haga.
– Habrá más estrategias para reestructurar salas de redacción con más gestores de contenidos multimedia y de nativos digitales que tomen decisiones sobre el contenido de las noticias.
– Seguirán las revisiones a los manuales de estilo para ayudar a reporteros/as y editores/as a informar de manera adecuada y precisa sobre el extremismo de derecha sin promover sus objetivos.
– Hay una tendencia a construir nuevas instituciones ancla, centros de medios públicos, en cada comunidad, como cooperativas de noticias financiadas con fondos públicos.
– Se ampliarán las asociaciones y la colaboración con organizaciones tanto tradicionales como comunitarias, factor clave para construir coberturas multidisciplinarias e interseccionales que vaya más allá de los informes superficiales.
– Crecerá el ecosistema de empresas con periodismo local participativo que se convertirá en el modelo dominante de producción de noticias locales en la próxima década.
– Es urgente la necesidad de que el bienestar y la ausencia de agresiones contra las y los periodistas se convierta en una prioridad para el periodismo.
– Los gobiernos invertirán en formas creativas de apoyar a los periodistas. Y los periodistas comenzarán a suavizar sus objeciones a la financiación del gobierno a medida que se den cuenta de que, si los mecanismos de financiación están bien diseñados, puede ser mejor que depender de los dólares de las grandes empresas tecnológicas.
– Seguirá la tendencia a mejorar la unidad básica de las noticias: la historia.
– Aumentará la verificación de hechos ya sea por organizaciones sin fines de lucro o coaliciones de empresas.
– Habrá más financiadores, incluso filantrópicos, para el periodismo de información confiable y de alta calidad que diferenciarán ese financiamiento con la compra de cobertura.
– Seguirá la búsqueda de construcción de un modelo de educación periodística que arraigue los valores fundamentales de un periodismo más comprometido con la comunidad.
Las predicciones se pueden leer en https://www.niemanlab.org/collection/predictions-2023/?fbclid=IwAR3IhY6uRgm1TJKpN-2fWu-zfAsCsx1Au75N7TdgHNMNBVa83GvtzP16I50#all
Para México
No se consultó a ningún especialista mexicano/a para hacer predicciones sobre nuestro periodismo.
De lo que son tendencias en otros países los cambios que parecen viables y de beneficio para los sectores más amplios de la sociedad mexicana son:
– Rescatar las bases del periodismo profesional y socialmente responsable tanto en grandes empresas como a las de otros tamaños que buscan competir. Existe un sinfín de sitios web o plataformas digitales modestas que tratan de diferenciarse de las prácticas comerciales de las grandes empresas convencionales con información de causas de derechos humanos o de interés cercano a las comunidades.
– También hay en nuestro país una tendencia a construir alianzas de medios medianos y pequeños para el intercambio de información hiperlocal y trabajos de investigación.
– Lo que sería verdaderamente democratizador de la información del interés mayoritario es que desde el Estado se abra un ciclo de financiamiento público a periodistas independientes y a empresas de prensa no lucrativas, que se convertirían en factores de complemento a la información de los medios públicos, con temas y enfoques que no atienden las grandes empresas convencionales.
Si al menos esto ocurriera en 2023, ayudaría a disminuir los climas de polarización y los mensajes enconados entre gobernantes y algunos medios y sus periodistas. Mirada de reportero [email protected]