Plegaria Guadalupana
FRANCISCO RODRÍGUEZ.
Santa María de Guadalupe.
Virgen amantísima de los mexicanos.
Que apareciste en el cerro del Tepeyac con tu Hijo Salvador en brazos.
No dejes de llenarnos de esperanza.
Pero llénanos por favor de inconformidad.
Te lo suplicamos en tu día.
No nos dejes caer en la apatía suicida, el fanatismo por el gobernante en turno o en el fervor futbolero.
Ayúdanos a encontrar el camino de la verdad, sin medios que la manipulen a conveniencia de los poderosos.
Vuelve tus ojos misericordiosos a este Valle de Lágrimas que desde hace tiempo es México, donde el indio Juan Diego te vio por primera vez en su tilma y el resto de nosotros te miramos desde el corazón con devoción.
Oye la voz de millones con hambre, que entregaron su voto a cambio de una esperanza que cada día se ve más difícil de concretar.
Compadécete del pobre que debe caminar descalzo o pagando una tarifa fuera de sus posibilidades en el Metro, en el autobús y en el Uber por el precio de las gasolinas que no bajan de precio como nos prometieron.
Dale valor, Virgencita, a la promesa bautismal y libera a tu pueblo mexicano del sometimiento a los poderes políticos y económicos que cambian el orden jurídico sólo para satisfacer sus perversos intereses… y, claro, también los de los extranjeros.
Libera, Santa Madre de Jesucristo, a este pueblo de su calvario.
Bájale de la cruz en la que día a día lo lapida la violencia no sólo de aquellos que se han desviado del camino de El Señor, sino de aquellos que con la misma brutalidad tratan de devolverlos a la ruta del bien.
Danos valor, Morenita, de tener un gobierno que en serio responda a lo que los mexicanos necesitan y deje la palabrería hueca de las matinés presidenciales a un lado..
Devuélvenos la dignidad y la alegría ganadas en marzo de 1938 y perdidas en diciembre de 1988, de 1994, de 2000, de 2006, de 2012, de 2018.
¡Ayúdanos Morenita!
Muéstranos otra vez el rostro ensangrentado de tu Hijo en la cruz.
Danos muestras vivas de tu amor a México.
No nos abandones, como aquel padre que desconoce a su hijo y dice que todo se debe a que “al parecer la señora tiene dinero”.
Intercede por nosotros ante Dios, el padre de Tu Hijo.
Kyrie Eleison, Señor ten piedad
¡Oh, Señor!, tú que eres el Padre bondadoso y misericordioso, abre nuestros ojos, nuestros oídos, nuestras “entendederas”.
Pero, sobre todo, Señor nuestro, abre los ojos, los oídos y las “entendederas” de los gobernantes.
Perdónales sus pecados de soberbia, el uso político de Tu pueblo amado, sus muchas mentiras e infamias y todas sus “robaderas”.
Aplícales Tu Misericordia.
Y aplícales también sabiduría, sentido de justicia, modestia republicana, amor a la Patria y que superen sus muchas limitaciones.
Ilumina, te suplicamos, a aquellos que usan las tribunas para separarnos, para enfrentarnos a unos con otros y ubícalos en el camino de la paz y de la conciliación.
Regresa a los exiliados en Madrid, Londres o Dublín, New Haven, San Cristóbal y Cambridge e imponles penitencias ejemplares.
¡Ay, Señor!, ¡qué vergüenza cuando los mexicanos lleguemos a Tu vista.
Tendremos que rendirte cuentas de nuestra falta de carácter.
No valdrán las excusas.
Ni siquiera justificarnos porque, al parecer, nos diste atole en lugar de sangre.
Danos fuerza, Padre.
Danos coraje para superar esta etapa que nos regresa a un pasado que no siempre fue mejor.
Danos la paz que nos han robado los delincuentes y los políticos.
Danos lo suficiente para ya no estar dejados de Tus manos.
¡Oh, Señor!, Tú y la Madre de Tu Hijo, nuestra Morenita, tienen la solución al alcance.
Regrésanos, Señor, la calidad perdida de ser pueblo de Dios.
Amén.
Indicios
Día con día, en todos los templos y parroquias, los fieles católicos piden por los gobernantes… todavía sin resultados a la vista. Antes, al parecer, todo lo contrario. * * * Gracias por acompañarme con la lectura de esta plegaria y, como siempre, le deseo ¡buenas gracias y muchos, muchos días!