No eres un idiota.
Solo eres un caso
de desarrollo detenido.
Ernest Hemingway
ARTURO SUÁREZ RAMÍREZ (@arturosuarez). Aquí se lo he dicho, López Obrador se ha convertido en el rey del relativismo y no mide con el mismo rasero cuando se trata de las acciones de él o de sus cercanos, no le gusta la crítica y se le descompone la cara, se enfada cuando algún reportero no amaestrado por Ramírez Cuevas le hace alguna pregunta incómoda, define que es el periodismo, quisiera dictar que es nota y que no, miente y culpa a los medios de comunicación, con su lado mesiánico da bendiciones y perdona pecados para quienes son dóciles.
Pero esas actitudes son una calca de varios mandatarios latinoamericanos, de esos a los que admira el tabasqueño y que tienen sumidos a sus pueblos en severas crisis, empobrecidos y con libertades limitadas, repiten una y otra vez que la culpa es del neoliberalismo o del imperio Yanqui, se vanaglorian del falso humanismo que pregonan, exaltan y se equiparan a héroes nacionales, todo como si fueran las líneas de un manual aplicable por un aprendiz de dictador, hay quien si lo ha conseguido, afortunadamente en México estamos lejos de eso, pero no quita que se intenten implantar esas formas.
En ese contexto y en plena discusión sobre una reforma electoral innecesaria porque el INE ha demostrado su eficiencia en los últimos procesos y sobre todo en el 2018 que llevó a López Obrador a la silla presidencial, un ejercicio limpio con legitimidad que no dejó duda sobre el resultado, como se dice las instituciones son perfectibles y en ese supuesto cae el instituto, pero los Morenos quieren demolerlo para instalar un bodrio como el INSABI que no sirvió para nada, o el INEGI donde insertó a una incondicional igual que en la CNDH.
La semana pasada se lo dijo el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas que modificar al INE sería regresivo, y de eso algo sabe el ingeniero pues en 1988 no quedó claridad en el proceso que supuestamente ganó Carlos Salinas de Gortari. En el año 2006 cuando el Pejelagarto se declaró víctima de fraude, nunca quedó acreditado, sus pruebas fueron apenas unas cajas que no sirvieron de nada y en el 2012 Peña Nieto lo aplastó en la votación. Quizá por eso les urge tanto mover los hilos al INE, para tener control sobre el árbitro y perpetuar su “movimiento” por muchos años más, dicen que origen es destino y el PRI estuvo más de 70 años en la presidencia.
El IFE fue un referente a nivel mundial, inclusive extranjeros venían a analizar y hasta copiar el modelo para llevarlo a sus países, pero en el 2006 López y sus aliados comenzaron una campaña en su contra que terminó minando su reputación, no hay que olvidar que el año pasado el senador Félix Salgado Macedonio hasta lanzó amenazas veladas contra Lorenzo Córdova y Ciro Murayama porque lo bajaron de su candidatura.
Así que se necesita que López Obrador saque las manos de los procesos electorales, él ya fue presidente, ya tuvo su oportunidad, pero quiere pavimentar el camino para su corcholata y con ello cubrir su espalda por el gran tiradero que va a dejar, tiró por la borda su capital político que lo colocaría en un lugar de privilegio en la historia, no será recordado por ser el mejor presidente, eso solo está prendido por la popularidad, que no eficacia, que le da la entrega de programas sociales, fuera de ello no hay más que errores.
La responsabilidad recae también en el poder legislativo, veremos si una buena parte de los priistas, como lo hicieron con la reforma energética, le entregan lo que queda de su partido votando la electoral, en el mundo de los conformistas y ahí está el PRI, no tiene nada que perder y López y su partido mucho que ganar… Pero mejor ahí la dejamos.
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Hasta la próxima.