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JUAN CHÁVEZ. Ya se sabe de los empeños de Alejandro Encinas por derrumbar la “verdad histórica” del ex procurador Jesús Murillo Karam, no le importa incluso “manchar al Ejército”, como declaró el general Crescencio Sandoval, secretario de la Defensa Nacional.
El caso Ayotzinapa se mueve entre los familiares de los 43 normalistas desaparecidos, el Ejército y autoridades municipales, estatales y el domador de Palacio Nacional que está utilizando al subsecretario de Gobernación como su punta de lanza.
A Encinas no le preocupa emprenderla contra el Instituto Armado, cuyo titular, general de cuatro estrellas, ya señaló que si lo siguen difamando “lo retirará de las calles y a ver qué nacen”. Tal parece que Sandoval olvida que, sobre él, hay un general de cinco estrellas, el presidente que, por cierto, no ha “tosido” sobre el punto.
La pregunta que hoy se hacen al interior de la 4T es: ¿hasta dónde está dispuesto a aguantar Alejandro Encinas? El mexiquense es, sin duda, uno de los más fieles colaboradores de López Obrador, incluso a costa de su propio nombre.
Sin embargo, con los señalamientos contra el Ejército por el caso Ayotzinapa, Encinas entró en línea de colisión directa con el presidente. No hay misterio en esto: López Obrador no tendría empacho en sacrificar a uno de sus principales operadores, con tal de mantener contentos a los militares. No sería la primera vez que le juega chueco a Encinas.
El propio presidente en su mañanera reveló que existen muchas presiones sobre el caso. El fiscal Alejandro Gertz Manero canceló 21 órdenes de aprehensión, la mayoría contra militares. Y el secretario Adán Augusto López de plano le lavó la cara al Ejército.
Ayer se confirmó la dimisión del fiscal especial para el caso Ayotzinapa, Omar Gómez Trejo, lo cual obliga a voltear a ver hacia Bucareli y preguntar si el que sigue es el subsecretario Encinas.
Más ahora que un juez de distrito concedió una suspensión definitiva a Murillo Karam, contra la vinculación a proceso por los delitos de tortura, contra la administración de la justicia y desaparición forzada en el caso Ayotzinapa.
De esta forma, Murillo Karam logró que se suspenda el procedimiento penal que se sigue en su contra, una vez cerrada la etapa de intermedia, por la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa.
El exprocurador continuará en prisión pues el juez federal estudia si le concede el amparo definitivo o no que tramitó por su “detención ilegal”; además aún falta ver si habrá impugnaciones y la revisión de los Tribunales.
De cualquier forma, la suspensión definitiva en uno de los dos amparos interpuestos por la defensa de Murillo Karam, derrumba la teoría de Encinas contra la “verdad histórica”.
