Ciudad de México, 24 de septiembre (entresemana.mx). Alejandro Encinas, subsecretario de Derechos humanos, Población y Migración de la Secretaría de Gobernación (Segob), condenó este sábado la filtración de un informe de la Comisión para la Verdad y el Acceso a la Justicia del Caso Ayotzinapa que revela que la mayoría de los 43 normalistas fueron asesinados en la madrugada del 27 de septiembre.
“Condeno la lamentable filtración de la información entregada a la FGR Mexico por la Comisión de #Ayotzinapa”, escribió el subsecretario y agregó “es absolutamente irresponsable y una falta de respeto a los padres y madres de los estudiantes desaparecidos”, señaló en un tuit.
Encinas aseguró que en todo momento se debe preservar el interés superior de las víctimas ante un asunto tan delicado y acusó que este tipo de filtraciones “lejos de ayudar a la investigación, la perjudican y abren paso a la impunidad”.
“Solicito a la FGR Mexico que inicie una indagatoria para identificar y castigar a quien resulte responsable de esta grave filtración”, escribió.
La condena de Encinas ocurre luego de que el diario Reforma publicó este sábado algunos detalles incluidos en el informe sin testar al que tuvo acceso la periodista Peniley Ramírez.
“Han pasado ocho años. Hace unas semanas, la Comisión para la Verdad y el Acceso a la Justicia del Caso Ayotzinapa publicó un informe con su investigación. El informe se divulgó en una versión pública, donde está testada casi toda la narración y los mensajes que se intercambiaban los participantes, sus parejas, sus hijos. Los mensajes muestran el oprobio de aquella noche, las semanas y meses siguientes”, denuncia Ramírez.
La copia sin testar es muestra de que ” la verdad histórica fue una construcción, un invento político”, asegura. Es a través de relatos y mensajes de textos que el informe reconstruye lo ocurrido la noche del 26 y la madrugada del septiembre de 2014.
En primer lugar, apunta a que la mayoría de los 43 normalistas fueron asesinados la misma noche del 26, solo seis sobrevivieron, pero a la mañana siguiente también fueron asesinados.
“Los criminales de Guerreros Unidos pensaron en quemarlos, pero eran muchos cadáveres y cambiaron de opinión. Se los repartieron. Cada grupo criminal se deshizo de los restos a su cargo como pudo”, destaca Peniley. El informe incluye datos sumamente crudos de cómo se deshicieron de los cuerpos de los normalistas.