JUAN CHÁVEZ. En pleno mes patrio, Estados Unidos le cantó con mariachis a López Obrador, en el mismito Palacio Nacional: alinéate, te conviene, China “no nos debe ganar”.
Y se alineó: apagó su discurso del Día de la Independencia contra EU.
Y no fue la carta que el presidente Biden le había enviado hace semanas; fue la presencia del secretario de Estado Antony Blankin que vino apaciguarlo y a demandarle que guardara su escopeta discursiva.
Y el “uy, qué miedo”, provocador del cirquero mayor de Palacio, se le revirtió y anunció que su discurso que anunció en contra de EU, ahora será por la paz.
Y quedó claro que Blankin le torció la mano, mientras el mariachi sonaba fuerte, para que también definiera la postura de México en la guerra Rusia-Ucrania el Día de la Independencia mexicana.
Y también, que se quitara de aberraciones que hieren las relaciones de los dos países, como fue la invitación al desfile militar del Día de la Independencia a la esposa, al padre y al hermano de Julián Assange, acusado por Estados Unidos de violar secretos de Estado.
Luego, los mariachis callaron. De la voz de Blankin salió el canto “profundo y fuerte, como su suerte” y sonaron las notas musicales del punto conciliador:
La inversión de 52 mil millones de dólares en la industria de semiconductores, a la cual Blankin invitó a México a participar, y que generará miles de empleos en México, según estableció Marcelo Ebrard, secretario de Relaciones Exteriores, al término de la reunión mariachil.
El Presidente se despintó la cara de guerrero y canceló el inicio de hostilidades contra Estados Unidos, que tenía como punto de partida el 16 de septiembre, con un discurso de corte nacionalista para repudiar las acciones de sus socios norteamericanos.
La beligerante actitud de López Obrador, con su retórica incendiaria, se volvió tersa este lunes, cuidada, tratando con algodones a Estados Unidos, en una actitud prudente que a no pocos parecerá miedosa, en la que se metió innecesariamente. Tener la mecha tan corta y su inmadurez emocional no le ayudan como jefe de Estado, ni genera respeto a sus interlocutores.
En la mañanera del lunes fue otro López Obrador al que casi dos meses estuvo hablando de que no aceptaría “los moditos” de sus socios, que cuestionaban su ley eléctrica por violatoria del acuerdo comercial norteamericano. El que anunció que el 16 de septiembre les respondería, se quedó en el closet.
El López Obrador del lunes dijo que ya no hablaría del tema, y sugirió que su rectificación era porque había quedado satisfecho con una carta que le envió Biden.
El secretario de Estado norteamericano hizo sonar fuerte la mariachisa para hundir a López Obrador en la electromovilidad y en la producción de energías limpias para frenar la contaminación de la atmósfera con la quema de combustibles fósiles.
En el panorama futuro de México, se advierte la contención de la política de López de seguir dependiendo de la economía petrolera. Fue al Son de la Negra que la mariachisa de Blankin hizo retumbar en el palacete del autoritario e irrespetuoso López Obrador, para frenar su discurso provocador.