* ¿Se derrumba en definitiva la «Sosa Nostra»?
ANTONIO ORTIGOZA VÁZQUEZ (@ortigoza2010). En lo que de inicio fue interpretado como duro golpe a la «Sosa Nostra», Adolfo Pontigo Loyola renunció como rector de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo y la noticia se tomó en los medios políticos del estado como una de las primeras acciones de Julio Menchaca, quien prometió reiteradamente «limpiar de corrupción» a la entidad.
El ahora ex rector cubría un interinato que fenecía en marzo de 2023 y le sustituye Octavio Castillo Acosta, aunque surgen ya versiones de que la UAEH podría ser «barrida» en forma sustancial de «todo lo que huela» a la «Sosa Nostra», mafia universitaria encabezada por Gerardo Sosa Castelán, procesado desde agosto de 2020 por delincuencia organizada y operación con recursos de procedencia ilícita, y quien desde el mes de febrero de este año se beneficia de «prisión domiciliaria» al alegar padecimientos cardíacos severos.
Sosa Castelán se elevó desde sus comienzos como «porro» estudiantil hace más de 30 años, al servicio de los grupos de poder político y subió peldaños tanto dentro de la Universidad como en puestos dentro de los gobiernos del PRI: líder estudiantil, rector y jefe máximo del Patronato Universitario.
Hacia 2018 abandonó al PRI, se sumó a Morena y fue factor importante en la campaña a nivel estatal de AMLO, por lo que se desvanecían las expectativas de que el poder caciquil fuese, si acaso no eliminado, por lo menos limitado.
Pero la sorpresa mayúscula tuvo lugar en agosto de 2020, cuando Sosa fue capturado en CDMX y recluido en Almoloya acusado de lavado de dinero, delincuencia organizada y operaciones con fondos de procedencia ilícita. Toda la investigación fue realizada por Santiago Nieto al frente de la UIF, y quien ahora funge como encargado del despacho de la Procuraduría estatal (en lo que se convierte en Fiscalía General del Estado).
Tiempo antes de esa acción espectacular, Nieto congeló las cuentas de la UAEH en febrero de 2019, pero el 27 de mayo del mismo año el juicio fue sobreseído fuera de audiencia, sin detallar motivaciones, por el Juzgado Segundo de Distrito. En un segundo juicio, el Tribunal Colegiado del Vigésimo Circuito ordenó al SAT desbloquear otras seis cuentas, incluidas las de Adolfo Pontigo Loyola y Humberto Veras Godoy. La «Sosa Nostra» intentaba ganar batallas contra la UIF, y Santiago Nieto, cuando un año después colocó un duro golpe con la captura del jefe máximo.
Ya en el equipo del gobernador Menchaca y como encargado del despacho, en tan solo tres días, Nieto Castillo reportó la ejecución de once órdenes de aprehensión pendientes, por delitos lo mismo de violación como fraude, incumplimiento de obligaciones, abuso sexual, violencia intrafamiliar y narcomenudeo.
Pero indudablemente que, se diga lo que se diga, «la acción de más alto impacto» de Nieto Castillo ha sido la renuncia de Pontigo Loyola a solo tres días del nuevo gobierno que encabeza Menchaca Salazar.
Tan solo esa acción ha demostrado fehacientemente que la decisión del gobernador Menchaca, de incluir al ex de la UIF en su gabinete, obedecía a un plan de amplio espectro y de objetivos ambiciosos.
No podía hablarse en Hidalgo de combate frontal a la corrupción si no se iba de forma decidida contra «La Sosa Nostra», cuyo jefe, por cierto, goza de «prisión domiciliaria» ordenada por un juez, ya que la defensa alegó «padecimientos cardíacos graves». Sufrió, Gerardo, como César en la guerra de las Galias ¿Caerán más de sus cómplices?