Dayana Rodríguez
Ciudad de México, 04 de septiembre (entresemana.mx). El tema de hoy es para esos momentos en que procrastinamos, o dejamos las cosas para otro momento, aplazando y aplazando, hasta que quizás ya se juntan más tareas, y entonces, se vuelve complejo de resolver.
Comenzaré definiendo la palabra procrastinar, la RAE la define como, «diferir o aplazar…».
A todos se nos pueden presentar contratiempos que hace que tengamos que elegir a qué le daremos prioridad, es decir, dejamos unas cosas por otras, el problema es que quizás se pueden ir acumulando cuando no le damos el tiempo y el lugar a cada una, puede ser que hasta terminemos sin hacer algunas de ellas. Cuando esto es una ocasión no pasa nada, pero si lo repetimos y repetimos caemos en procrastinar, que sinceramente no es un buen hábito. Esto de cierta manera es una forma de autosabotaje (si quieres escuchar más sobre el autosabotaje, abajo te voy a dejar un enlace de un episodio de mi podcast, donde una psicoterapeuta nos habla a profundidad sobre este tema).
Sería importante profundizar y pensar en, ¿cuáles son los motivos por los que estoy procrastinando? Quizás se debe a que pensamos que esa tarea es muy compleja o difícil, pero cuando ¡por fin! la hacemos, descubrimos que no era tan fastidiosa como creíamos. Puede ser que dicha actividad nos causa una sensación de intranquilidad o preocupación al enfrentarla, nos da miedo fallar al hacerla o simplemente nos aburre, has pensado que quizás, estas evitando sentir esas emociones que produce dicha tarea; las razones pueden ser muchas, pero recordemos, que el conocimiento es poder y si sabemos identificar el motivo del aplazo, es mucho más fácil darle una solución.
Al decirnos, «al rato lo hago», nos produce un efecto placebo para relajarnos, es como si nuestro cerebro dijera, «ok, si lo tengo que hacer, pero luego».
Algunas veces, es necesario aplazar las cosas para acomodar prioridades y saber discernir cuáles son las primeras actividades para comenzar, pero sin abusar de esta práctica para evitar que se vuelvan un sinfín de planeaciones que nunca llegan a concretarse.
El otro día escuché una idea muy buena que estoy seguro te puede servir para dejar de procrastinar, piensa que si esa tarea que postergas te va a tomar menos de dos minutos en hacerla, ejecútala en ese momento, sin pensarlo demasiado, y así nos podemos ir quitando de pequeñas actividades que si se aplazan se juntan con otras y entonces, se vuelve muy complejo de realizar, además, después ya puedes darle importancia a cosas más importantes.
Ok, ya identificamos que tenemos un problema, pero, ¿Cómo dejamos de procrastinar? te comparto algo que encontré en internet y me pareció bastante acertado.
Ponte metas claras y cúmplelas, es decir, si dices, «en la tarde hago ejercicio», hay que hacerlo aunque nos de mucha flojera, pero es importante acostumbrarnos a cumplir con lo que nos decimos que vamos a hacer.
Organización, darle un tiempo y un lugar a cada cosa.
La regla de los dos minutos que ya te mencioné.
Algo que me gustaría agregar es qué identifiquemos qué emoción nos causa hacer esa tarea, para entender el motivo por el qué no queremos enfrentarnos a ella.
Creo que conforme vayamos haciendo las cosas, no daremos cuenta que no era tan pesada como creíamos.
Enlace episodio del podcast «El autosabotaje».
https://open.spotify.com/episode/75MmYTSEOgTnnM4pELpLDi
Si te gusta esta sección, también la puedes encontrar en podcast en Spotify, como Reflexiones de una mujer contemporánea, te dejo el link:
https://open.spotify.com/show/5QMIQjJdgpE6K5urbWVyS2
Instagram: dayana.rodd
¡Qué tengas un excelente domingo!