TERESA GIL. Como un contrasentido, mientras aquí el poder judicial es acusado de rémoras que son evidentes, en Argentina, es un juez el que llama a parar el movimiento ultraderechista contra la vicepresidenta Cristina Fernández. La movilización que ha puesto en pie a una gran multitud en ese país, ha sido visto como un rechazo a posible de golpe de estado, en un país que es uno de los que más han padecido las dictaduras militares. En su obra Jaque a la dama, el poeta argentino ya fallecido, premio Casa de las Américas, Carlos Patiño, describe en esa obra de teatro los extremos a los que puede llegar el militarismo cuando lo azuza la dictadura y pierde el sentido de todo humanismo. En el centro de la obra aparece la primera dama que está en contra de quien ejerce un gobierno de ese tipo. En esa situación extrema, el origen civil de los gobiernos se convierte en cómplice y se suma a los descalabros infames a los que llega ese estado en un poder. El gobierno civil del caso actual es el derechista Horacio Rodríguez Larreta, que ha enviado descaradamente a su policía a agredir de diferentes maneras a los que apoyan a la también ex presidenta Fernández, con una furia desbocada, cuyas imágenes han dado la vuelta al mundo
LOS CAMBIOS DEMOCRÁTICOS EN EL CONTINENTE ALEBRESTAN A LA DERECHA
Medios y estudiosos están advirtiendo a las fuerzas democráticas, para ejercer una vigilancia después de ver la forma como la derecha y la ultraderecha están actuando en Argentina. Aquellas dictaduras en ese país, Paraguay, Uruguay, Chile, Santo Domingo et al, que estremecieron a un continente, tuvieron su apoyo en una guerra fría que se ensañaba con el sector triunfador de la Segunda Guerra Mundial y convertía al comunismo en la doctrina más difamada de la historia. Ni la ONU, ya floreciente en esas épocas, como hace ahora al no intervenir en casos como el de Argentina y otros, se mantuvo al margen de las crueles y asesinas dictaduras, porque en el fondo, como ahora, coincidía con los países capitalistas. La dictadura en Estados Unidos se ejercía en las propias costumbres, en la persecución que ejercía el macartismo, en las cárceles a los que se oponían a la política oficial. Ahora, además de la intervención en países participa en su vida interna como se ha visto en los últimos años en Venezuela, al grado de apoyar a un presidente ficticio sugerido desde Estados Unidos. La OEA, que tiene el apoyo del país del norte, se sostiene que organizó el golpe de estado a Evo Morales en Bolivia. Medios y algunos estudiosos está advirtiendo a las fuerzas progresistas a no dejar pasar esto y mantenerse alertas.
JAQUE A LA DAMA DEL POETA ARGENTINO, CARLOS PATIÑO, PREMIADA EN MÉXICO
La Universidad Autónoma de Sinaloa que ha ejercido una función editorial de gran relevancia, editó la obra de teatro Jaque a la dama en 1979. Fue parte del reconocimiento que le hizo al poeta argentino también Premio Casa de las Américas como ya se dijo, por su trabajo poético sobre el exilio, al premiar esa obra de teatro. Planteada como una especie de juego de ajedrez, que se expresa en la portada del libro, es una interesante visión de lo que fue la dictadura en Argentina, la forma como se inició, igual como lo hizo Augusto Pinochet en Chile, destruyendo al gobierno legítimo a partir de la persecución y la muerte. Como periodista que también era y luchador social, Patiño, quien estuvo exiliado en México y vivió aquí más de diez años, incorpora en su libro a periodistas, obreros y juventud que se opone a la dictadura militar, con un grito permanente: “¡Se va a acabar, se va a acabar, la dictadura militar”, cosa que se logró en la vida real, después de grandes sufrimientos del pueblo y la muerte de miles. La primera dama, que se opone al gobierno de su esposo, un general, ofrece, como el título del libro lo dice, la parte perdedora de la trama, El propio militar manda que se le de muerte y en esa hipocresía de las funciones convencionales, informa al público que su esposa murió en el incendio de la casa donde vivían. De esa manera le dio el dictador, Jaque a la dama.