ABANICO/ Peligrosos guiños de Tinder

IVETTE ESTRADA. La deslealtad, traiciones y engaños se experimentan sólo en el primer círculo. Sólo pueden perpetrarlas las personas más allegadas, aquellas familiarizadas con nuestros secretos. Filias, fobias y anhelos.

En las relaciones románticas aumenta nuestra vulnerabilidad y autoengaño y el amor se convierte en anzuelo de ilícitos diversos. ESET, compañía líder en ciberseguridad, explica que a medida que los usuarios buscan pareja en el mundo digital, cualquiera sea la plataforma, es probable que también estén menos alertas y puedan ser víctimas de diversas estafas que van de suplantación de identidad, robo de contraseñas, estafas románticas y otras.

El 80% de los engaños, suplantación de identidad, sexting y otros crímenes cibernéticos asociados a las citas románticas tienen una finalidad económica. Sin embargo, existe un riesgo latente que enfrenta quien se ilusiona con una persona que tal vez ni siquiera existe. Daños a la autoestima, decepción, sensación de minusvalía y autoreproche son algunos riesgos de quien se involucra con personas fraudulentas.

Y sí, por irreal que parezca, enamorarse es una posibilidad que puede tener costes más allá del abuso patrimonial, social y financiero: depresión. Uno de los factores más fuertes asociados al estrés es el desengaño amoroso que incide directamente no sólo en el bienestar de una persona, sino que lesiona su capacidad de discernimiento y desempeño en diversas áreas de su vida como las labores profesionales.

Las recomendaciones de ESET para interactuar de manera segura en Tinder, la red social de citas románticas, son:

Evitar salir de Tinder para continuar la conversación en otras aplicaciones de mensajería. Esto mantendrá el entorno más seguro donde se puede denunciar fácilmente a un estafador y de esta manera protegerse uno y también a otros usuarios.

Rehusarse a abrir enlaces enviados a través de Tinder, especialmente si se tiene una URL corta.

Jamás enviar fotos que puedan ser utilizadas por un tercero para extorsionarte. No desnudos ni conversaciones comprometedoras.

Confiar en nuestro instinto. Si un perfil parece demasiado bueno para ser verdad o está significativamente incompleto, es preferible deslizar el dedo hacia la izquierda y protegerse de una posible estafa.

Y ¿qué pasa cuando alguien que conocimos en las redes sugiere una reunión personal? Un truco para hacerlo de manera segura es citarse en lugar público y acompañarse de un amigo “fantasma”, alguien que esté cerca por si algo no resulta conveniente y se minimizan totalmente los riesgos de una interacción molesta. Es el consejo común ¡y efectivo! De las citas a ciegas.

Sin embargo, vale remarcar esto: las redes sociales no son nocivas. En el mundo digital y altamente tecnológico se convierten en una herramienta esencial de interacción. No son un peligro en sí mismas si actuamos con tanta cautela como lo hacemos en la vida real.

Y algo más: vale recordar que mientras tengamos vida nos enamoraremos infinidad de veces. El único amor para siempre es un mito. ¿Y quién dijo que existen lugares buenos y malos para conocerse? Bienvenido Tinder y todas las redes sociales para interactuar, trabajar y conocer a otras personas, perspectivas, creencias y culturas.

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