Ricardo Burgos Orozco
Ciudad de México, 22 de agosto (entresemana.mx). Fui a hacer un trámite en la calle de Dr. Lucio. Hace mucho tiempo que no iba por esa zona de la Ciudad de México. La reciente ocasión que estuve ahí fue hace más de dos años, exactamente en junio de 2020 cuando escribí la historia del misterio del Hotel Posada del Sol.
Tomé el Metro en Zapata, me bajé en Niños Héroes/Poder Judicial de la CDMX, de la Línea 3 y caminé hacia el edificio adonde debía hacer mi trámite. El inmueble donde hay ahora oficinas de la Fiscalía General de la República pertenecía hace años al periódico El Heraldo de México cuando su propietario era Gabriel Alarcón. Yo trabajé en ese diario en 1979.
Cuando fui en junio 2020 a la colonia Doctores, la ciudad estaba en plena pandemia de Covid 19, los edificios de los tribunales en la calle de Niños Héroes estaban cerrados, casi no había gente en las calles y estaban fuera de servicio las decenas de puestos ambulantes y fijos de todo tipo que se encuentran en los alrededores, por supuesto en su mayoría de tacos y tortas.
Hoy las cosas han cambiado radicalmente porque los tribunales ya están abiertos desde hace meses, hay mucha gente haciendo trámites y transitando por la avenida, además de que ya funcionan todos los negocios informales en la zona. Las personas buscan principalmente desayuno y comida rápida en esos lugares. El tránsito ya también es normal. A lo lejos se pueden observar las instalaciones de Televisa Chapultepec, a un lado de la estación Balderas.
Una visita obligada, ya que andaba por ahí, es al edificio del abandonado Hotel Posada del Sol, en el número 139 de Niños Héroes, del cual se cuentan infinidad de leyendas, unas son ciertas y otras producto de la imaginación de la gente. Se cuenta que Fernando Saldaña Galván, el constructor del complejo, se suicidó y mató a su familia, agobiado por las deudas. La realidad es que falleció de muerte natural, pero nadie ha sabido porqué abandonó tres años después un proyecto que le costó tanto abrir en 1942.
Se dice que el hotel, construido con una combinación de estilos (barroco, neoclásico, árabe, elementos masónicos, ventanales y vitrales) era refugio de artistas e intelectuales de la época. Tenía 500 habitaciones, amplios pasillos, corredores e incluso una capilla. Dicen que ahí se aparecen los fantasmas de personajes de aquel tiempo.
El edificio ha sido utilizado como escuela y oficinas administrativas de distintos gobiernos locales y federales, así como de locación de películas y series de televisión, pero ahora que volví a visitarlo, sigue abandonado. Desde afuera se ve su deterioro; hay un enorme portón de acero que permanece cerrado y tampoco se observa que haya quien lo vigile.
La jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum anunció en enero de 2021 que el inmueble iba a ser utilizado para instalaciones de la Escuela de Derecho de la Universidad del Bienestar. Ha pasado 19 meses y no se observa que estén haciendo algún arreglo o preparando el edificio para habitarlo. Noté que algún artista callejero entró al inmueble en algún momento porque hay graffitis en la parte superior de la construcción que no estaban hace dos años. A lo mejor ese es su refugio nocturno.
Pasan los años y la vida sigue igual para el Hotel Posada del Sol. Ahí permanece, abandonado, con todo y sus misterios, a unos metros de la estación del Metro Niños Héroes/Poder Judicial de la CDMX.