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NOEMÍ MUÑOZ CANTÚ (SemMéxico. Toluca, Estado de México). En Inglaterra, en días pasados dimitió Boris Johnson. Después de varias acciones de gobierno que fueron polémicas. La contratación de Chris Pincher, acusado de manosear en una fiesta a algunas personas, fue el motivo principal para que más de cincuenta funcionarios renunciaran. La razón principal es que no confiaban en que llevara las riendas del país de una forma idónea, pues no solucionó de manera correcta el asunto del parlamentario conservador Pincher.
Otro de sus escándalos consistía en hacer fiestas ilegales, donde quedó en entredicho su conducta. Sin más y con el 41% de integrantes de su partido en contra, se ha ido.
Mientras tanto en Latinoamérica está Alito”, el muy reconocido Alejandro Moreno, dirigente nacional, hasta el momento del PRI.
Al ser una posibilidad como presidenciable se puso en el ojo del huracán. Es bien sabido que si alguien intenta escalar el poder, todos sus enemigos le tirarán lo que tengan para hacerlo caer.
Creo que en el caso de “Alito” aplica el refrán, “el pez por la boca muere”, pues lleva un tiempo envuelto en el escándalo. Primero, el audio de la supuesta financiación de una empresa de cines que le entregó 25 millones de pesos al partido para la campaña electoral.
Segundo, otro audio donde decía que “a los periodistas se les mataba de hambre”.
Ante estas acusaciones se defendió diciendo que había una campaña de desprestigio en su contra e incluso que el secretario de gobierno, Adán Augusto López lo amenazó de ir con todo contra él si no apoyaba la reforma eléctrica.
Por supuesto, Morena y el presidente aseguraron que sus principios e ideales van en contra de ese tipo de intrigas.
Cuando todo parecía en calma, vino otro audio, la promesa de apoyar al diputado Cacique.
De inmediato el Comité Nacional se reunió y a pesar de pedir renovar la dirigencia, él se negó a soltarla e incluso puso una iniciativa donde exigía que si el gobierno no podía hacer nada por la seguridad nacional, entonces se permitiera el uso de armas.
Pero vino otra acusación de Leyda Sansores, quien asegura que “Alito” tiene fotos de diputadas desnudas y las podría usar para chantajearlas. Aunque la gobernadora juró que no mostrará las fotos, pidió a las diputadas tener cuidado con él.
Cuando todo parecía que se quedaba ahí, vino el cateo a su casa de 300 millones de pesos, ni Slim tiene una casa tan cara. El objetivo del cateo, según el fiscal, fue aclarar si Alito cuenta con obras de arte, de qué material es su casa, pues se investiga al dirigente nacional del PRI por enriquecimiento ilícito.
Ante tales hechos Moreno Cárdenas, denunció ante la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, la «persecución política» que el Gobierno federal ha emprendido en contra de los partidos de oposición y asegura que la democracia está en peligro, pues López Obrador no ha parado en atacar a cualquiera que esté en su contra.
Considero que se tiene que mirar bajo varias ópticas esta situación. La primera es la veracidad de las acusaciones, creo que de ser cierto cada cosa que se le imputa, Alejandro tiene que responder.
La óptica del complot puede ser cierta, pero siento que no solo Morena lo quiere abatir antes de la carrera electoral, podría ser fuego amigo.
Aunque se ha declarado “político perseguido” debería emular a Boris y renunciar. Juzgo que en este momento, con los escándalos que lo envuelven y la desaprobación de su partido, solo queda dimitir, por el bien del partido.
