YANETH TAMAYO ÁVALOS (SemMéxico, Querétaro). Hace unas semanas, la reforma educativa de AMLO volvió hacer uno de los temas principales en las mesas de análisis político, principalmente por la forma en que se pretende acoplar la ideología del gobierno actual al sistema educativo.
Y más, cuando los actores encargados de esta reforma han mostrado con declaraciones, una evidente ignorancia respecto de los principios rectores y metodologías que se deben contemplar en el diseño de programas educativos, ocasionando que surja una barrera que impide lograr una educación inclusiva y de calidad que contribuya al ejercicio pleno de nuestra ciudadanía, tal y como lo establece el objetivo 17 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
“Mujeres, si en verdad buscan emanciparse de sus opresores, modificar este sistema machista que las rodea, no esperen a que su libertad llegue como un regalo. Por favor, lean aquellos libros, ahí están descritos los caminos para su revolución. Nuestro presidente no las engaña. ¿Quieren cambiar este sistema machista? Necesitan dos cosas: Uno, cultura, lo cual les dará identidad y dos, educación, para desarrollar un pensamiento crítico. ¿Quieren ambas? Asistan a la biblioteca pública”. Marx Arriaga Navarro, director general de Materiales Educativos de la SEP.
“Tenemos que regresar a la historia, la maestra de la vida, y al civismo y ética. Se van a modificar los contenidos, ¿cómo vamos a impartir clases con libros de periodo neoliberal?”: Andrés Manuel López Obrador.
Que el presidente Andrés Manuel López Obrador, proponga un modelo cívico y ético basado en su ideología resulta incongruente, en razón que desde el inicio de su mandato ha generado una confrontación entre las personas, dividiéndolas en las que apoyan su actuar y las que resultan ser burgueses y traidores a la patria. De ahí que, incluso algunos confundidos consideren que “leer es para burgueses”.
Ahora bien, ¿por qué hablar de ciudadanía si el tema principal es la educación? ¿Realmente influye la ideología de una o unas cuantas personas en el actuar de la ciudadanía? ¿México requiere una reforma educativa?
Lo primero que afirmare, es que el país si requiere una reforma educativa, ya que se debe replantear las formas en la que hemos construido la relación entre educación y ciudadanía (educadores, alumnos, sociedad) y como está a contribuido al constructor social que actualmente prevalece.
El cuál podemos observar con los constantes procesos de fragmentación, diferenciación y exclusión social, que han dificultado la construcción de una ciudadanía plena que, requiere de prácticas socioeducativas progresistas que garanticen a las personas el ejercicio de un conjunto de derechos, entre ellos el de la inclusión o incorporación social.
Las relaciones entre educación y ciudadanía no constituyen un tema nuevo: ya que la educación es un requisito esencial para ejercer la ciudadanía de forma corresponsable. Sin embargo, los cambios socioculturales han planteado nuevos debates, ya que se han producido resistencias respecto de entender el porque es necesario transversalizar metodologías inclusivas en materia de educación.
Y esto resulta importante porque, a través de la educación podemos colocarnos en los escenarios de reflexión y conocimiento que nos permite participar de forma activa y responsable en los asuntos de la ciudad.
Para establecer una ciudadanía igualitaria e incluyente, es necesario que se propicien procesos de comprensión e interpretación de lo que ocurre, de cómo ocurre y por qué; y esto solo se logra cuando las sociedades cuentan con personas reflexivas capaces de construir su propia opinión y participar activamente en las decisiones sociales.
Sin un sistema educativo abierto y estructurado mediante ideologías definidas por los intereses de unos cuantos, resulta imposible contar con miembros conscientes y activos que sean capaces de cuestionar el status quo y conocer sus derechos y deberes públicos. Pero, además contribuye a un sistema democrático deficiente, que ya de por sí, resulta excluyente.
Las tendencias sobre educación en países con mayor acción ciudadana y democracias estables, plantean la necesidad de adoptar mecanismos y metodologías basadas en derechos humanos y género, cuyos resultados se traduzcan en reducir todas las formas de violencia, pero sobre todo participar a través de nuestra ciudadanía con los gobiernos para encontrar soluciones duraderas a los conflictos
Para poder conseguir estos objetivos y poder formar una ciudadanía participativa, se requiere que el sistema educativo siente sus bases en dos aspectos necesarios, la concientización y la corresponsabilidad.
De tal forma que los niños y jóvenes puedan desvelar críticamente la realidad, compleja y conflictiva, para poder situarse ante ella y actuar en consecuencia; que les sirva como un antídoto contra todo grupo o persona que piense imponer su cultura, su ideología o su pensamiento, con la violencia o por medio de la fuerza.
A modo de conclusión he de manifestar que, si bien es cierto la educación tradicional nos ha beneficiado con avances tecnológicos e intelectuales, no se debe negar, que los avances hasta cierto punto, carecen de una educación en valores de cuidado y de paz, lo cual nos ha llevado en varias ocasiones a conflictos armados, violencia y terror.
Por eso resulta necesario que, a través de la educación en todos los niveles, se promueva no solamente lo material y lo técnico, sino también lo humano.
Un sistema que incluya la educación para la justicia, la igualdad, la democracia, la libertad, el respeto a las diferencias, la diversidad y sobre todo el cese a la violencia, nos ayudará como sociedad a superar los desafíos que han dejado los conflictos bélicos, la exclusión y la pobreza.